Trascender
“Parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo”. El apóstol Pablo
En una entrevista concedida al programa de televisión “Dr. Oz”, Jordan Peterson, psicólogo clínico y autor, afirma que la cultura actual se centra demasiado en la búsqueda de la felicidad, cuando es mucho más importante centrarse en aprender a conducirnos ante el sufrimiento. Comenta el Dr. Peterson que el problema de centrar nuestra vida en encontrar la felicidad es que, cuando nos golpean las tormentas, la felicidad desaparece y sentimos que nos quedamos sin nada. Siendo que la vida está llena de dolor y sufrimiento, debemos aspirar a algo más profundo que la felicidad. Es mucho más importante buscar lo que está lleno de sentido y significado. Esto es más profundo, te orienta mejor, te centra en la vida y te hace útil para las personas que te rodean. Y si la felicidad llega, gloria a Dios, no la desprecies, porque es evasiva. Pero si no llega, estás pleno, porque has encontrado lo verdaderamente significativo y afrontas la vida con responsabilidad.191
Este planteamiento, con el que estoy totalmente de acuerdo, lleva mi mente a algo que considero esencial en el mensaje bíblico: la necesidad de trascender, por medio de la fe, lo malo que nos rodea; la necesidad de no dejarnos abatir por circunstancias externas como la enfermedad, las dificultades en las relaciones humanas, el nido vacío o la estrechez económica. Mucho más importante que la búsqueda de la felicidad es la búsqueda de la fe.
La fe es la que da tal propósito a nuestra vida que no nos derrumban las cosas malas que nos suceden. Se trata de hacer de Dios (y no de la felicidad) la fuente de mi deseo. Se trata de hacer de mi voluntad, su voluntad. Así comienza la transformación cristiana, tan importante de experimentar en pleno siglo XXI para no poner la mente y el esfuerzo donde no aprovechan.
El apóstol Pablo supo trascender sus difíciles circunstancias externas hasta llegar a decir: “Me alegro también de las debilidades, los insultos, las necesidades, las persecuciones y las dificultades que sufro por Cristo, porque cuando más débil me siento es cuando más fuerte soy” (2 Cor. 12:10). Él también nos enseña que no se trata de vivir una vida feliz; se trata de vivir una vida llena de significado, sean cuales sean las circunstancias. Porque la verdadera abundancia en nuestro ser solo la pone Dios, que puede incluso valerse de lo malo para darnos lo realmente bueno: la salvación.
Parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo.
“A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13).
191 https://www.youtube.com/watch?v=daVjWUCIbAc [consultado en septiembre de 2022].