Un Dios que muestra el camino
“Yo soy el camino” (Juan 14:6).
La vida es una serie de encrucijadas de caminos. Situados en el centro de esas encrucijadas, a menudo debemos detenernos a considerar en qué dirección seguir. Algunas rutas, aun cuando conlleven tener que realizar penosos esfuerzos, las elegimos y recorremos con seguridad, porque conducen a logros vitales que queremos alcanzar; otras, sin embargo, no es tan obvio si debemos tomarlas o no. Dudamos; nos sentimos inseguros.
La inseguridad es una de las cosas que más nos abruman. A veces, el miedo nos impulsa a querer elegir ciertos caminos, pero no saber el destino final al que conducen nos llena de indecisión. Por eso muchas personas cambian de un camino a otro (de un trabajo a otro, de un matrimonio a otro, de una iglesia a otra) en procura de seguridad. Pero ¿quién puede tener seguridad en este mundo? Aquello o aquellos en que más confiamos, a menudo nos fallan. Pero Jesús te dice: “Yo soy el camino” que no falla. En mí puedes confiar siempre. Tomado de mi mano puedes sentirte seguro. Qué bien nos hace saber que Jesús es el camino. En esta declaración nos muestra que, si lo seguimos, podemos estar seguros de que hemos elegido la ruta del verdadero éxito.
Dios no nos dice: “Yo soy el camino más cómodo, donde todo es color de rosa”. Él solo dice: “Yo soy el camino”. Porque, de hecho, “convertirse en un seguidor de Jesús es elegir el camino más difícil. En realidad, en cada encrucijada de la vida hay dos opciones: una fácil y otra difícil. Al camino fácil se llega por una amplia entrada y muchos lo encuentran, solo para descubrir que, con el tiempo, lleva a la destrucción. El camino que conduce a la vida es más difícil de encontrar: su puerta es angosta y el camino en sí presenta desafíos. Pero seguir fielmente la voluntad divina finalmente conducirá a la vida. Esta elección está siempre ante nosotros”.28
Si te encuentras ahora mismo en la encrucijada más importante de tu vida, la de decidir seguir a Cristo o no, debes saber que él es el único camino hacia la salvación. Jesús es el camino que conduce hacia la meta más elevada. Avanza sin miedos, sin inseguridades, con fe y esperanza.
28* Comentario bíblico de Andrews, nota a Mateo 7:13-23.