¡Muévete!
«Por eso, hermanos, ya que Dios los ha llamado y escogido, procuren que esto arraigue en ustedes, pues haciéndolo asi nunca caerán» (2 Pedro 1:10).
SEGÚN LA LEY DE LA INERCIA (PRIMERA ley de Newton), un cuerpo permanece en reposo si no se ejerce ninguna fuerza sobre él. ¿Lo probamos?
Coloca una tarjeta de crédito encima de un vaso de boca no muy ancha. A continuación, coloca una moneda encima de la tarjeta de crédito y después, dale un golpe seco a la tarjeta desde uno de sus lados estrechos, empújala rápidamente hacia un lado, retirándola del vaso. En ese momento verás que, mientras que la tarjeta se desplaza a gran velocidad hacia el lado, la moneda se queda casi en reposo y cae al fondo del vaso.
La pereza y la negligencia son pésimos hábitos que pueden paralizar tu vida. Pasar demasiado tiempo en las redes sociales, jugando a juegos electrónicos, o viendo películas y series puede promover estos comportamientos negativos. Descansar o tener tiempo de ocio no está prohibido, pero si la mayor parte de nuestro tiempo la dedicamos a eso, nos resultará difícil avanzar y hacer cosas realmente significativas. El gran peligro es quedarnos, parados y perder oportunidades de desarrollarnos y avanzar. En el versículo de hoy, el apóstol Pedro nos invita a confirmar nuestra vocación con un empeño cada vez mayor. Todos tenemos un llamado al cual responder y no debemos esperar a que las cosas nos caigan del cielo mientras permanecemos en la inercia. No permitas que ninguna fuerza frene tu vida y te impida avanzar. ¡Avanza! ¡Muévete! Con la ayuda de Dios y haciendo su voluntad, ¡llegarás lejos!
