Matutina para Adultos | Martes 17 de Diciembre de 2024 | Dios te dice “no llores”

Matutina para Adultos | Martes 17 de Diciembre de 2024 | Dios te dice “no llores”

Dios te dice “no llores”

“Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: ‘No llores’. Luego se acercó al féretro y lo tocó. Y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús dijo al muerto: ‘Joven, a ti te digo: ¡Levántate!’ ” (Lucas 7:13, 14).

Por dondequiera que abramos la Biblia, descubrimos que nos habla de un Dios que proclama la vida: Dios compartió la vida con el ser humano en el momento de la creación; Dios nos conserva la vida cada día; Dios nos ofrece vida abundante no solo en este mundo, sino en la Tierra Nueva y por la eternidad… De hecho, la misión del Hijo cuando vino a habitar entre nosotros fue traernos vida. Siendo que Dios es así, no puede quedarse inactivo ante la presencia de la muerte. En la naturaleza y el carácter divinos no hay nada que se relacione con la muerte. Aunque Cristo tuvo que pasar por ella, lo hizo ocupando nuestro lugar y para vencerla para siempre.

Dios considera la muerte como una intrusa, un resultado indeseable del pecado. Por eso no le permite imponerse en su presencia: él le habla, le da órdenes y la hace obedecer. De eso precisamente nos habla el texto de hoy. En una ocasión, Jesús detuvo un cortejo fúnebre para acercarse a tocar el féretro donde yacía el cuerpo de un joven. En presencia de todos, habló al joven como si estuviera vivo. No mostró la más mínima preocupación por la presencia de la muerte. Aunque los deudos lloraban, nuestro Señor Jesús no fue afectado por la muerte ni esta interrumpió su accionar.

Dios continúa siendo el mismo, y para el dolor que nos produce la muerte, él tiene una solución: la vida eterna. Por eso, si estás atravesando el duelo por la muerte de un ser querido, lo primero que Dios te dice a ti es: “No llores, porque hay esperanza”. Y te lo dice con compasión. Si eres tú quien está en el lecho de una enfermedad terminal, te dice: “No es para siempre. Yo soy la resurrección; nos volveremos a ver. Un profundo sueño y vendré a despertarte”.

En reacción ante el milagro hecho por Jesús con el joven fallecido, la gente comentó: “Dios ha visitado a su pueblo” (vers. 16). Así era, porque solo Dios tiene poder sobre la muerte; y, cuando llega el momento que él considera oportuno, lo ejerce. Contemplar a un Dios así nos hace amarlo con la vida y hasta la muerte si fuese necesario, porque ambas, nuestra vida y nuestra muerte, son ganancia en él.

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