La grandeza de una vida dedicada
«Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe» (Hechos 11: 24).
Bernabé era propietario de una extensa parcela de tierra fértil. Sin embargo, decidió vender esta valiosa herencia familiar para destinar el dinero a difundir las buenas nuevas de la salvación entre los gentiles. Bernabé entregó todo lo que poseía y se convirtió en un humilde mensajero de las buenas nuevas del sacrificio expiatorio de Cristo, que perdonaba a los seres humanos sus pecados. Su vida reflejaba plenamente su nombre, «Hijo de consolación» (Hechos 4: 36). Aunque el relato bíblico no menciona actos heroicos realizados por él, lo elogia por su bondad y lo presenta como un hombre virtuoso.
Bernabé es un ejemplo inspirador para los jóvenes cristianos de hoy en día. Su disposición para renunciar a su valiosa herencia y dedicar su vida a difundir las buenas nuevas del evangelio es un testimonio poderoso de fe y entrega. La sociedad en la que vivimos nos impulsa constantemente a buscar la acumulación de riquezas y a priorizar nuestros intereses. Sin embargo, Bernabé nos muestra que la verdadera grandeza no se encuentra en lo que tenemos, sino en cómo lo utilizamos para impactar la vida de otros.
Algunos podrían argumentar que vender todo y dedicarse completamente al servicio de Dios es una acción extrema y poco práctica, que hay formas más equilibradas de vivir nuestra fe, combinando nuestras responsabilidades terrenales con nuestro compromiso espiritual. Sin embargo, la vida de Bernabé nos desafía a cuestionarnos si estamos dispuestos a ir más allá de lo cómodo y lo convencional para promover el reino de Dios. Su ejemplo nos motiva a ser mensajeros humildes y valientes de las buenas nuevas del evangelio.
Y tú, ¿a qué cosas estás dispuesto a renunciar por amor a Dios y a tu prójimo?
Que la vida de Bernabé te inspire a vivir con generosidad, compasión y dedicación hacia los demás. Que su testimonio te impulse a tomar decisiones valientes en obediencia a la Palabra de Dios. Sigue su ejemplo, poniendo tu vida al servicio de Dios y del prójimo, sabiendo que el verdadero valor y significado se encuentran en vivir una vida de fe y entrega.