Cómo transformar el mundo
“Si alguien tiene suficiente dinero para vivir bien y ve a un hermano en necesidad pero no le muestra compasión, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa persona?”. 1 Juan 3:17.
Leí en el diario una noticia increíble: ¡una señora de 99 años que aún trabajaba todos los días! Lillian Weber puede ser más anciana que el abuelo o la abuela de mucha gente, pero tiene más disposición que muchos jóvenes que andan por ahí. ¡Ella se desafió a coser un vestido por día!
¡Guau! Quizá pienses que su ropero es enorme, pero la verdad es que esa señora cose vestidos para donar a una fundación que ayuda a niñas en África. Esa noticia me recordó a otra mujer incansable, a quien le gustaba ayudar a las personas de la comunidad: Dorcas. Su historia está registrada en la Biblia. Ella era el tipo de vecina y amiga que a todos nos gustaría tener.
Dorcas siempre estaba ayudando a alguien, principalmente a los más necesitados. Si una persona tenía hambre, ¿quién encontraba enseguida la manera de preparar un alimento calentito? Ella misma: ¡Dorcas! ¿Y si un niño tenía la ropa agujereada? ¡Dorcas era quien trataba de coser una túnica nuevita! Ella sabía que necesitamos mostrar el amor de Dios por medio del apoyo, es decir, cuidando a las personas. Quizá tú, como yo, no sepas coser aún, pero sin dudas podemos encontrar la manera de ayudar a quien más lo necesita. ¡Sé que debes tener muchas ¡deas!
MI ORACIÓN: ¡SEÑOR, MUÉSTRAME CÓMO PUEDO AYUDAR A LAS PERSONAS QUE LO NECESITAN!
APOYO: EXTENDER LA MANO AL QUE NECESITA; HACER TU PARTE PARA QUE EL MUNDO SEA UN LUGAR MÁS SOLIDARIO.