Matutina para Mujeres | Viernes 21 de Febrero de 2025 | Madres adoptivas

Matutina para Mujeres | Viernes 21 de Febrero de 2025 | Madres adoptivas

Madres adoptivas

“Cuando el niño creció, ella se lo devolvió a la hija del faraón, quien lo adoptó como su propio hijo y lo llamó Moisés, pues explicó: ‘Lo saqué del agua’ ” (Éxodo 2:10).

En muchos hogares donde la infertilidad ha privado a sus miembros del gozo de ser padres, se opta por la adopción. Si buscamos en la Biblia el término “adopción”, vamos a descubrir que es el gesto más hermoso que Jesús hizo para que lo pudiéramos llamar Padre. “Ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos ‘Abba, Padre’ ” (Romanos 8:15). Abba Padre es una expresión muy íntima en la que un hijo se dirige a su padre.

Conozco a familias que decidieron amar a hijos que no nacieron de ellos y hoy son familias felices. Sin embargo, tristemente, también he visto de cerca la angustia, el dolor y la incertidumbre en la que viven algunas familias formadas por la adopción. Con frecuencia, la gente me sugiere que busque un bebé para adoptar y, aunque no está mal hacerlo, todavía no está en nuestros planes como matrimonio. No obstante, siempre termino mi respuesta de la siguiente manera: si Dios tiene preparado un bebé para mí, que crecerá en otro vientre, él lo traerá hacia mí y dirigirá mis pasos hacia él (el bebé). Esta es la única manera de asegurarme que estoy haciendo la voluntad de Dios en mi vida.

Tal fue el caso de la hija del faraón, a quien Dios preparó y guio para ser la salvadora de Moisés y convertirse en su madre adoptiva. Me conmueve la forma en la que la escritora Elena de White lo describe: “Las fervorosas oraciones de la madre habían confiado a su hijo al cuidado de Dios, e invisibles ángeles vigilaban la humilde cuna. Ellos dirigieron a la hija del faraón hacia ese sitio. La arquilla llamó su atención, y cuando vio al hermoso niño, un solo vistazo le bastó para leer su historia. Las lágrimas del pequeño despertaron su compasión, y sus simpatías se conmovieron al pensar en la desconocida madre que había apelado a este medio para preservar la vida de su precioso hijo. Decidió que sería salvo; lo adoptaría como hijo suyo”.14

Tú puedes ser un canal de bendición para un niño y conducirlo al reino de los cielos. Solo asegúrate que es Dios quien planea el encuentro.

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