
La verdadera grandeza
“Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida” (Proverbios 22:4).
Laquisha es una chica súper amable. Aunque en clase y en los deportes todos quieren ser los “número uno”, Laquisha siempre ayuda a sus amigos y nunca busca llamar la atención solo para ella. Por ser así, todos la respetan mucho y siempre encuentran formas de hacer proyectos divertidos juntos.
Piensa en esto: ser humilde no significa que eres menos fuerte, sino que sabes usar tu fuerza para ayudar y no para presumir. Si eres humilde, significa que reconoces que no lo sabes todo y que lo que tus amigos hacen también es importante. Así como en los videojuegos se sube de nivel, con la humildad puedes aprender y crecer mucho más como persona.
La humildad es como tener un superpoder para hacer el bien. Buscas formas de ayudar a tus amigos y de ponerlos en primer lugar, antes que a ti. Ser humilde es ser grande de verdad. Aprenderás a decir “lo siento” cuando te equivoques o “está bien” cuando algo no salga como esperabas. Ser humilde también consiste en aceptar las decisiones de otros aunque no te gusten mucho; de esa manera, la humildad se convierte en una especie de escudo impenetrable que te protege de los conflictos.
Recuerda que ser el más genial o tener las mejores cosas no te hace grande. Lo que de verdad cuenta es cómo tratas a los demás y el cariño que compartes. Los jóvenes humildes son héroes secretos que dejan huellas de amabilidad en el mundo. Así que, aunque a veces parezca que todos quieren ser los más populares, tú puedes elegir ser humilde. Valora a tus amigos, ayuda sin esperar nada a cambio, sé amable, y descubrirás que lo más admirable de cualquier ser humano es que sea una buena persona. Que tu aventura de ser humilde te haga tener muchos amigos y una vida llena de bendiciones.
Oración: Querido Dios, ayúdame a reconocer mis limitaciones, servir a los demás y perdonar como he sido perdonado.