Matutina para Jóvenes, Jueves 24 de Junio de 2021

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La planta de la sinceridad

“Señor, ¿quién puede habitar en tu santuario? ¿Quién puede entrar a tu presencia en tu monte santo? Los que llevan una vida intachable y hacen lo correcto, los que dicen la verdad con corazón sincero” (Sal. 15:1, 2, NTV).

Se cuenta la historia de un emperador que convocó a todos los hombres solteros de su reino para encontrar pareja para su hija. Al presentarse ante él, les dijo: “Les voy a dar una semilla diferente a cada uno de ustedes. Cuando pasen seis meses deberán traerme en una maceta la planta que haya crecido. El dueño de la planta más bella ganará la mano de mi hija y será mi sucesor en el trono”.

Todos los jóvenes partieron con sus semillas y se ocuparon con esmero en cultivar sus plantas. Sin embargo, uno de los jóvenes notaba con pesar y preocupación que su semilla no germinaba. Cuando iba al mercado o a cumplir con alguna diligencia, escuchaba a los demás jóvenes hablar sobre sus plantas y mostrar sus flores hermosas.

Se cumplieron los seis meses y cada joven marchó al palacio con su hermosa planta. Aquel joven no podía soportar la tristeza. Su semilla nunca había germinado, pero su madre insistió en que se presentara y terminara lo que había empezado, aunque no hubiese alcanzado el éxito.

Muy avergonzado, se presentó en el castillo y se posicionó a lo último de la fila, con su maceta vacía. Todos se burlaban de él, pero el alboroto fue interrumpido por el rey y un silencio sepulcral transformó el lugar. Todos hicieron su reverencia mientras el rey pasaba lentamente observando y admirando cada planta.

Al concluir la inspección, llamó a su hija y al joven que tenía la maceta vacía. Sin entender qué pasaba, el rey explicó: “Este es el nuevo heredero del trono, el hombre que se casará con mi hija. Todos recibieron una semilla infértil y me engañaron sembrando otras plantas, pero este joven fue valeroso y honesto. Esas son las cualidades que quiero para mi trono y para mi hija”.

No sabemos cuán cierta es la historia, pero ilustra muy bien el versículo de hoy.

A veces creemos que tenemos que hacer grandes cosas, sumar grandes méritos y adquirir un montón de cualidades que nos hagan aptos para estar ante la presencia de Dios. Pero sobre todas las cosas él pide un corazón sincero y humilde.

Puede no estar de moda, pero prueba actuar de forma honesta hoy en las diferentes situaciones que se presenten. Valdrá la pena.

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