De pequeño a grandioso
«[El amor] no se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa «. 1 Corintios 13:6.
Zaqueo era un hombre con pocos amigos en su ciudad. Jericó. Era un cobrador de impuestos, y su trabajo era recolectar dinero del pueblo para el gobierno. Pero siempre cobraba de más, porque robaba una parte. Esa deshonestidad hizo que Zaqueo fuera un hombre rico, pero triste.
Él sabía que lo que hacía estaba muy mal. pero seguía robando. Buscando una solución para su tristeza, cuando supo que Jesús estaría en la ciudad, decidió ir a escuchado. Zaqueo era una persona baja y, para ver a Jesús, ¡tuvo que subir a un árbol!
Imagina su sorpresa cuando vio que Jesús caminó hacia él. Además, le dijo que iría a su casa a comer. Ese mismo día, Zaqueo tomó una decisión muy importante: abandonaría la vida deshonesta y devolvería el dinero a las personas que había perjudicado.
Mi oración: Querido Dios, quiero ser un niño honesto.
