
El bolígrafo de la reina
“El Señor le dijo: ‘Ve, porque él es mi instrumento elegido para llevar mi mensaje a los gentiles y a reyes, como también al pueblo de Israel’ ” (Hechos 9:15).
Suena el teléfono en el instituto, es del Palacio de la Zarzuela. La reina Sofía ha perdido su bolígrafo. En el aula donde tomó clases, todo se puso de cabeza en busca de aquel instrumento, aunque nadie conocía sus características. ¿Acaso era de oro, con su nombre grabado,? Conociendo a la reina, nadie esperaba encontrar algo semejante. De pronto, en el pasillo, una alumna encontró un bolígrafo. Lo observaron, pero no era de plata ni oro, no tenía en sí mismo nada de especial, no era de gran valor. Era un bolígrafo negro con letras amarillas impresas. Ocho días después, la reina asistió nuevamente a sus clases en el Instituto de España. Lo primero que le enseñaron al llegar fue el bolígrafo. Su rostro se iluminó como si hubiera recuperado un objeto insustituible y entrañable. Su sonrisa radiante mostró lo complacida que estaba por recuperarlo. le habían devuelto algo irremplazable. ¿Qué hace especial a ese bolígrafo? La mano de la reina. Ningún valor tendría sin los dedos que lo guían. Estaría inerte sobre un escritorio, olvidado y hasta empolvado, si no fuera porque era el favorito de su majestad.
Saulo no era nada hasta que Dios lo tomó en sus manos y fue un nuevo instrumento que se dejó guiar por los dedos del Rey. Tú eres un bolígrafo en las manos del Rey del universo. Fuiste diseñada para cumplir una misión, para escribir una historia, para plasmar en las hojas de la vida el amor de Dios por la humanidad. Así tal cual somos, él nos usa para llevar a cabo la tarea sagrada de predicar acerca de su pronto regreso.
Nuestro valor no está determinado por los bienes que poseemos o por el grado de estudios que tengamos, ni siquiera por los altos puestos que desempeñemos. Somos importantes y de valor irremplazable cuando, con toda humildad, dejamos que el Rey escriba a través de nosotras la encomienda que habremos de cumplir fielmente si dejamos que su mano nos guíe.
Querida amiga, la buena noticia es que, si te has sentido como ese bolígrafo negro, sin valor, hoy es el gran día para que sepas que eres el instrumento preferido del Rey. Recuerda que no vales por lo que tienes, sino por la capacidad que tengas de dejar que Dios escriba a través de ti.