Matutina para Jóvenes | Jueves 13 de noviembre de 2025 | Paciencia para el alma

Matutina para Jóvenes | Jueves 13 de noviembre de 2025 | Paciencia para el alma

Matutina para Jóvenes

«Ustedes también tengan paciencia y manténganse firmes» (Sant. 5:8)

Tengo algo que confesarte: soy muy impaciente. Cuando Dios estaba repartiendo la paciencia a sus criaturas yo me salí de la fila por impaciente. Hoy en día está de moda ser impaciente. Los reels de Instagram y los shorts de YouTube, las entregas el mismo día que ofrece Amazon y las comidas que están listas después de tres minutos en el microondas nos han enseñado a quererlo todo de inmediato y frustrarnos cuando no lo conseguimos. Pero en un mundo impaciente, Jesús nos recuerda que la paciencia es esencial para la vida, al punto de que podemos ganar nuestras almas a través de ella.

La paciencia nos permite esperar y perseverar en situaciones difíciles, a pesar de la incomodidad y la incertidumbre que podamos estar experimentando. Se necesita tener paciencia para aceptar lo que no podemos controlar, lo que a su vez nos ayuda a confiar en Dios y en sus planes para nuestra vida. Piensa por un momento en la experiencia de José (Gén. 37-50). José fue vendido como esclavo por sus hermanos y pasó años en prisión antes de ser nombrado gobernador de Egipto. No obstante, a lo largo de su vida, José mantuvo su fe en Dios y tuvo paciencia, sabiendo que el plan de Dios se cumpliría en el tiempo indicado. Al final, su paciencia fue recompensada y pudo ayudar a su familia durante una hambruna.

Por supuesto, no podemos olvidar que Salomón señala en Eclesiastés 3 que hay un tiempo para todo en la vida. Esto significa que hay momentos para la espera y la paciencia, así como también momentos para la acción y la toma de decisiones. Así como el agricultor espera pacientemente a que su cosecha crezca, debemos aprender a esperar con paciencia cuando las cosas no suceden como esperábamos.

Posiblemente yo necesite esta meditación más que tú. Necesito aprender a ser paciente en un mundo lleno de distracciones y donde lo más normal es la expectativa de gratificación instantánea. No obstante, los cristianos podemos cultivar la paciencia, que es parte del fruto del Espíritu (ver Gál. 5:22-23) y fortalecer nuestra fe en Dios a través de ella. Volviendo al pasaje de Lucas, recuerda que la paciencia puede ser la clave para alcanzar la salvación. Al igual que José, tú y yo podemos perseverar en la espera y esperar con paciencia la recompensa que vendrá en su tiempo perfecto.

Deja una respuesta