
«María respondió: ‘Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí’ » (Luc. 1:38, NTV)
En 1984, al pastor de Mark Lowry, un cantante cristiano, se le pidió que escribiera un programa de Navidad para su iglesia. Mientras preparaba el programa, Mark escribió algunos monólogos como interludios entre canciones. Uno de esos monólogos se convirtió hoy en día en una de las canciones navideñas más famosas. Mark relató en una entrevista: «Empecé a pensar e imaginar si María sabía el poder, la autoridad y la majestad del niño que cargó aquella primera Navidad. Me pregunté si ella sabía que esas pequeñas manos fueron las mismas que formaron los ríos. Traté de poner en palabras lo insondable. Empecé a pensar en las preguntas que le haría a María si nos sentáramos a tomar café: ¿Qué sabías? ¿Qué ignorabas?»
Por razones de espacio no puedo reproducir toda la letra en una página, pero te invito a meditar en algunos de los versos de esta canción:
María, ¿sabías que tu hijo salvará nuestros hijos e hijas? María, ¿sabías que el bebé que diste a luz te salvará?
María, ¿sabías que tu hijo calmará la tormenta con su mano? Y cuando besas su rostro, estás besando el rostro de Dios María, ¿sabías que tu hijo es Señor de toda la creación? María, ¿sabías que tu hijo un día gobernará las naciones?
¿Sabías que tu hijo es el Cordero perfecto del Cielo? Ese niño que cargas es el gran Yo Soy.
En medio de las preguntas a María se puede notar que este es un himno sobre la grandeza de Jesucristo. Sobre su obra salvadora, sobre su plena divinidad, su ministerio compasivo, su sacrificio en la cruz del Calvario y su pronto regreso para gobernar el mundo. En pocas palabras, la Biblia contesta que sí, María sabía que su hijo Jesús sería concebido del Espíritu Santo y tendría los títulos de «santo» e «Hijo de Dios» (ver Luc. 1:35). Gabriel le dijo a María que Jesús sería rey, como su antepasado David, y reinará por siempre y su reinado no tendrá fin (ver Luc. 1:32-33). María sabía quién era Jesús. ¿Lo sabemos tú y yo?

