Matutina para Jóvenes | Martes 3 de junio de 2025 | Dios te llama

Matutina para Jóvenes | Martes 3 de junio de 2025 | Dios te llama

Escuchar esta entrada:

Matutina para Jóvenes

«Entonces el Señor lo llamó: ‘¡Samuel!’. ‘¡Aquí estoy!’ —contestó él» (1 Sam. 3:4)

Siempre me ha intrigado la sencillez y naturalidad con que la Biblia relata el primer encuentro de Samuel con Dios. A lo largo del Antiguo Testamento, encontramos relatos fascinantes en los que Dios se manifiesta de manera asombrosa: una zarza ardiente que no se consume, fuego en la cumbre del Monte Carmelo, truenos y relámpagos en el Monte Sinaí… Sin embargo, con Samuel fue diferente. Con este joven no hubo ningún espectáculo profético ni manifestaciones grandiosas. De hecho, la Biblia presenta esta escena como un encuentro entre dos amigos: Dios llamó y Samuel respondió.

Resulta interesante que, en algunos manuscritos, como la Septuaginta y los rollos del mar Muerto, señalan que en 1 Samuel 3:4 el nombre de Samuel aparece dos veces. En el registro bíblico, Dios llama por nombre dos veces a personas que tienen, o tendrán, una íntima relación con él: Abraham (Gén. 21:11), Moisés (Éxo.

3:4), Pedro (Luc. 22:31), Marta (Luc. 10:41) y Saulo (Hech. 9:4). ¡Y Samuel se encuentra en este selecto grupo!

Al llamar a Samuel, Dios pasó por alto a otras personas que podrían haber tenido más conocimiento, influencia, experiencia y educación. Sin embargo, en aquel momento, al igual que ahora, Dios no requería de tales cualidades. Lo único que Dios necesitaba, y todavía necesita, es un amigo que cuando él llame conteste: «Aquí estoy».

Hoy han pasado más de tres mil años desde que Dios llamó a Samuel, pero si hoy prestamos atención podremos escuchar la misma voz que continúa preguntando: «¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero?» (ver Isa. 6:8). Dios te necesita hoy tanto como necesitaba a Samuel en aquel tiempo. El himno

561 del Himnario adventista expresa muy bien la situación: «Oigo del Señor la voz llamando: ‘¿Quién irá este

día a trabajar? ¿Quién me traerá a los perdidos? ¿Quién la senda angosta mostrará?’ «.

¿Cómo podemos los seres humanos mortales e imperfectos responder a esta invitación? El coro del himno contiene la respuesta: «Habla, oh Dios, háblame; habla y pronto te contestaré; habla oh Dios, háblame, habla y yo respondo: ‘Heme aquí’ «.

Deja una respuesta