Matutina para Adultos | Sábado 25 de octubre de 2025 | Todo lo que no se da se pierde

Matutina para Adultos | Sábado 25 de octubre de 2025 | Todo lo que no se da se pierde

Matutina para Adultos

«Así es el que hace para sí tesoro y no es rico para con Dios» (Lucas 12: 21).

Muy cerca de nuestra casa tiene su base de operaciones una furgoneta de ADRA que lleva escrito en letras bien grandes el siguiente lema: «Todo lo que no se da se pierde».

Este lema viene de un proverbio indio que el escritor francés Dominique Lapierre adoptó hace años como lema. Tras una serie de grandes éxitos literarios, su vida dio un giro copernicano al descubrir personalmente las necesidades de los más pobres de la India, donde a partir de entonces llevó a cabo una verdadera cruzada humanitaria durante cuarenta años.

Lapierre afirmaba que Agnes Gonxha Bojaxhiu (más conocida como Teresa de Calcuta) fue una de las personas que más había influido en su vida. Ella fue quien le puso en contacto con el misionero James Stevens, que estaba al frente de Resurrección, un hogar para niños leprosos, y quien le presentó al enfermero suizo Gaston Grandjean (llamados «Paul Lambert» y «Max Loeb» respectivamente en el libro de Lapierre titulado La Ciudad de la Alegría). Lapierre decidió en

1981 destinar sus derechos de autor, así como los fondos que le enviaban muchos de sus lectores y amigos, a sus obras humanitarias a través de la fundación Action pour les enfants des lépreux de Calcuta (Acción en favor de los niños de los leprosos de Calcuta).

Es emocionante saber que la persona que más ha influido en la vida de todos estos misioneros que se han entregado a los demás es, precisamente, Jesús de Nazaret, el mayor impulsor de la lucha contra las injusticias del mundo, el ejemplo supremo de quienes como ellos y tantos otros, incluyendo a miles de voluntarios, trabajan intentando ayudar en la medida de sus posibilidades a los más pobres de entre los pobres.

No obstante, los recursos que comparten todas las ONG juntas siguen siendo insuficientes ante las necesidades de tantas víctimas de la injusticia humana. Todo lo que nosotros podamos dar personalmente nos parecerá, sin duda, como una gota de agua, pero el gran océano está formado por simples gotas.

Y además, todo lo que no se da, a la larga se pierde.

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