Matutina para Adultos | Viernes 26 de diciembre de 2025 | Dios ha visitado a su pueblo

Matutina para Adultos | Viernes 26 de diciembre de 2025 | Dios ha visitado a su pueblo

Matutina para Adultos

«Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y redimido a su pueblo» (Lucas 1: 68).

Los magos estaban estudiando los astros, y Dios les habló a través de los astros, mediante una estrella. Ellos, siguiendo a la estrella, llegaron hasta Jesús y lo adoraron (ver Mat. 2: 2).

Los sacerdotes y los escribas leían y estudiaban las Escrituras. Así que Dios les habló a través de las Escrituras. Pero ellos no respondieron a su mensaje y prefirieron ignorarlo (ver Mat. 2: 3-5).

Los pastores estaban cumpliendo con sus tareas habituales, haciendo su deber, velando sobre sus rebaños. Y Dios les habló mientras estaban de guardia (ver Luc. 2: 8-12). Ellos siguieron a la letra las indicaciones recibidas y encontraron al Mesías tal y como les había sido anunciado (ver Luc. 2: 15-16).

Simeón y Ana estaban en el templo, sirviendo a Dios, orando y a la escucha de los mensajes divinos. Y Dios les habló personalmente, a través de su Espíritu, de modo que, de manera inesperada, encontraron a Cristo y lo adoraron ver (Luc

2: 29-37).

Estos relatos nos muestran que Dios viene a nosotros y nos transmite sus preciosos mensajes, pero nos encuentra a cada uno donde estamos, y habla a cada uno de modo diferente, en nuestro propio lenguaje, a partir de lo que nosotros sabemos y hacemos para encontrarlo. Pero para reconocer su voz necesitamos corazones abiertos y receptivos.

«Ustedes los cristianos tienen una gran ventaja —me decía un profesor japonés, de cultura taoísta, con quien estudiaba la Biblia—. Para ustedes, todas las ideas sobre Dios, todas las nociones de Dios se han concretado en una persona». Sí, en efecto, tenemos una gran ventaja, que no siempre apreciamos. Los cristianos hemos encontrado a Dios en Jesús.

Y ahora el desafío de Jesús para nosotros es que aprendamos a encontrarlo también en los otros (ver Mat. 25: 31-45). Y este desafío, en estas fechas, podríamos formularlo del siguiente modo: que el mensaje de Navidad de que Dios ha venido a visitarnos encarnado en Jesús se encarne en la vida de cada uno de nosotros. En nosotros también Dios desea visitar a su pueblo.

Para mí el cristianismo podría resumirse en la puesta en práctica cotidiana del mensaje de Navidad, cada día del año, con cada una de las personas con las que nos encontramos. Hasta el día en que nos visitará de nuevo, para quedarse con nosotros, en la tierra renovada, definitivamente.

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