Matutina para Mujeres | Domingo 21 de septiembre de 2025 | No hay ley contra la paz

Matutina para Mujeres | Domingo 21 de septiembre de 2025 | No hay ley contra la paz

Matutina para Mujeres

«Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón.

Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar.

Así que no se angustien ni tengan miedo» (Juan 14:27).

Cada 21 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Paz, con el fin de fortalecer la paz entre todas la naciones. Pero, ¿cuál paz? «Mi paz les doy», no era cualquier tipo de paz. Jesús nos dejó su propia paz. La palabra griega usada aquí para paz es eirene y es la misma que en el hebreo se traduce como shalom. Es también la misma que Jesús les dice a sus discípulos en Juan 20:19 después de su resurrección.

Los apóstoles se habían reunido en un solo lugar y tenían las puertas cerradas porque tenían miedo que los judíos los mataran, como habían hecho con Jesús tres días atrás. En ese momento de angustia, de miedo, de preocupación, de inseguridad y de un futuro incierto, Jesús se aparece y le dice: «¡Paz a ustedes!». Cierto día, recibí una nota de una compañera de clases a quien le desagradaba mi presencia. Entre otras cosas, la nota decía, : «Espero que llevemos la fiesta en paz». No entendí muy bien en ese momento, pero, sin duda, no es ese tipo de paz la que Jesús quiere que tengamos.

En la actualidad, la ansiedad se ha convertido en una potente enfermedad que aqueja aun a profesos cristianos. La incertidumbre ante el futuro, el miedo a la muerte, el temor a la pérdida y la angustia ante el fracaso, son factores que están quitando, tanto a hombres como a mujeres, la paz que Jesús nos dejó. Al sacar la paz de nuestra vida y sustituirla por todos esos temores, el enemigo tiene un arma certera para decirle a Dios: «Tus hijos no confían en ti, viven preocupados y miedosos ante el futuro». Si no gozamos de esa paz, no estamos viviendo el «fruto del Espíritu».

Shalom encierra una paz interior que puede sentir el cristiano que está pasando por una crisis difícil. Es ese tipo de paz que el Señor quiere que experimentemos quienes decimos creer en él. No hay miedo ante el futuro, no hay temor ante las pruebas. La buena noticia es que, si a pesar de tu fe, estás pasando un momento en el cual tu corazón está turbado y tiene miedo, hoy puedes mirar al cielo y oír a Jesús decirte: «¡Paz a ti!».

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