«Entonces las cinco necias les pidieron a las otras: ‘Por favor, dennos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’ » (Mateo 25:8).
Piensa que harás un viaje largo por la montaña, haz en tu mente una lista de las cosas que llevarías. Déjame adivinar que hay en esa lista, ¿Está tu celular? ¿Habrá una batería extra? Aunque no puedo acertar del todo, puedo intuir que estoy en lo correcto. En la actualidad, el celular se ha vuelto indispensable, se ha convertido en la compañía de muchos y otros se sienten inseguros y desconectados del mundo cuando no tienen su celular en la mano.
Cuando aquellas jóvenes salieron de sus casas listas para la fiesta, algunas se preocuparon por llevar un jarrito extra con aceite. Otras, sin embargo, solo tomaron sus lámparas, sin llevar aceite extra. Después de todo, esperaban que el novio fuera puntual y, con lo que tenían de aceite, les sería suficiente.
Predicada en repetidas ocasiones, muchas de nosotras sabemos la parábola de las diez vírgenes de
memoria. Sabemos quiénes son las prudentes, quiénes las insensatas, quién el novio, qué es la boda y qué es el aceite. Pero, ¿en qué grupo nos encontraríamos si el novio llegara hoy para las bodas con su iglesia?
Hagamos una introspección de nuestras vidas con un corazón sin orgullo y listo para ser escaneado. Después de todo, a Dios no lo podemos engañar. ¿Recuerdas cuántas veces Jesús respondió a pensamientos
silenciosos, que solo estaban en las mentes de los fariseos? Eso es porque él conoce lo más íntimo de nuestro ser. Entonces, hagámoslo. Marca lo que creas que te identifica.
Porción extra de aceite:
Tienes una comunión diaria profunda con Dios Usas con responsabilidad tus dones a su servicio Sabes cuál es tu misión en la vida y lo haces Otros ven en ti el fruto del Espíritu
Sin aceite extra:
Tu comunión es esporádica y superficial Piensas que no tienes dones y no los usas No estás segura de lo que debes hacer Otros ven en ti los frutos de la carne
Querida amiga, aún hay tiempo de poner en nuestros corazones porciones extra del Espíritu Santo, el regalo maravilloso que Jesús dejó en su lugar cuando ascendió al Cielo. Ojalá lo anhelemos en nuestra vida y se
haga tan indispensable como lo es meter el celular en la cartera con una reserva extra de batería. No te quedes sin pila, el esposo está a las puertas.
