Matutina para Mujeres | Lunes 3 de noviembre de 2025 | Al final del camino

Matutina para Mujeres | Lunes 3 de noviembre de 2025 | Al final del camino

Matutina para Mujeres

«No te inquietes a causa de los malvados ni tengas envidia de los que hacen lo malo. Pues como la hierba, pronto se desvanecen;

como las flores de primavera, pronto se marchitan» (Salmos 37:1, 2).

En la cabeza del rey no había respuesta para la pregunta: «¿Por qué prosperan los malos?». Toda su vida había sufrido persecución y envidias; había sido testigo de las injusticias de los hombres y constantemente veía

cómo estos prosperaban. Quizás, en más de una ocasión, esa cuestión también ha pasado por tu mente. Sin embargo, casi al final de su existencia, en los años de su vejez (Salmos 37:25), Dios le da la respuesta que podemos leer en todo el Salmo 37.

Buenos y malos, justos y pecadores, todos por igual pasamos pruebas y momentos de dolor en esta vida. La diferencia radica en el fin de la prueba. Mientras los justos salen refinados como el oro, la senda de los malos perece. La diferencia está al final del camino; la senda por la cual cada uno ha transitado no lleva al mismo destino.

Las mismas aguas que ahogaron al ejército de faraón, fueron las mismas que hicieron valla para dejar pasar al pueblo de Israel por en medio del mar. El mismo fuego que mató a los soldados de Nabucodonosor, fue el mismo que acarició la piel de los tres hebreos mientras paseaban en medio de él. Los mismos leones que devoraron a los hombres acusadores de Daniel, fueron los mismos que pasearon una noche alrededor de él.

¿Te das cuenta? Los malvados pueden parecer triunfar por un momento, pero, al final del camino, la justicia del Señor los alcanzará. No nos corresponde a nosotros decidir el fin de los malos. No obstante, Dios ya tiene preparado el pago para ellos. No como un acto de venganza, sino como cosecha de lo que ellos mismos sembraron.

El verso 5 hace una invitación: «Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará». El pueblo de Israel avanzó por en medio del mar por fe; los tres hebreos avanzaron hacia el horno de fuego por fe; Daniel caminó hacia el foso de los leones por fe. Todos ellos confiaron al Señor su camino, dejaron que él se encargara de todo y así lo hizo. La buena noticia es que, si permaneces del lado de la justicia divina, Dios se encargará del final de tu camino.

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