Matutina para Mujeres | Jueves 4 de septiembre de 2025 | Primer club de mujeres misioneras

Matutina para Mujeres | Jueves 4 de septiembre de 2025 | Primer club de mujeres misioneras

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Matutina para Mujeres

«Juana, la esposa de Chuza, administrador de Herodes; Susana;

y muchas otras que contribuían con sus propios recursos al sostén de Jesús y sus discípulos» (Lucas 8:3).

Me gusta la historia vista y contada desde la perspectiva del médico Lucas. El evangelio que lleva su nombre y el libro de Hechos arroja mucha información acerca del ministerio de Jesús con relación a las mujeres. Si bien, el Maestro eligió a doce hombres para que anduvieran con él, también los acompañaba un grupo no pequeño de mujeres (Lucas 8:1-2). Estas mujeres, en su mayoría, habían recibido un milagro de sanación de parte del Maestro y su manera de mostrar gratitud era prestando un servicio para él. Y es que la gracia inmerecida solo puede despertar gratitud.

Un corazón verdaderamente agradecido jamás se quedará de brazos cruzados. Por tal motivo estas mujeres mostraban gratitud en acción. Una de esas mujeres fue María Magdalena, de quien sabemos más por los relatos de otros evangelios. Sin embargo, encontramos a Juana, cuyo nombre solo se repite en el capítulo 24 de Lucas. Ella era esposa de un hombre muy influyente en la casa de Herodes por lo que es fácil suponer que tenía los recursos necesarios para sostener con sus bienes la obra de Jesús. Encontramos también a Susana, cuyo nombre significa «lirio» y a otras que el médico encierra en «muchas otras». Sus nombres no fueron registrados. Todas ellas conforman el Primer club de mujeres misioneras.

Querida amiga, la gracia inmerecida que hemos recibido solo debe despertar gratitud hacia nuestro benefactor. ¿Qué estamos haciendo para transformar esa gratitud en acción? Es posible que nuestros nombres no figuren o sean apenas mencionados. Quizás ni siquiera se escriban, como fue el caso de las «muchas

otras». Te recuerdo que cada recurso que uses a favor de la obra del evangelio y cada obra que realices para Dios como muestra de gratitud, quedará registrada en el libro de los Cielos, en el Libro de la Vida. Allí tu nombre no está en la sección de «muchas otras» sino que tienes un apartado especial donde Jesús registra tus acciones.

La buena noticia es que hoy tú puedes formar parte del Club de mujeres misioneras y ayudar con tus fuerzas, tiempo y recursos a la terminación de la proclamación del evangelio. ¿Vas a registrarte?

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