Matutina para Mujeres | Miércoles 5 de noviembre de 2025 | Mi Castillo

Matutina para Mujeres | Miércoles 5 de noviembre de 2025 | Mi Castillo

Matutina para Mujeres

«Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador!

Tú eres mi fuerza y mi escudo, mi poderosa salvación, mi alto refugio.

¡En ti confío!» (Salmos 18:2, RVC).

¿Qué viene a tu mente cuando escuchas la palabra «castillo»? Quizás, si le preguntáramos a una niña, su respuesta sería príncipes y princesas; y aunque se estaría refiriendo a los personajes principales de las caricaturas y películas, no está lejos de la realidad. Tú y yo somos princesas del Rey soberano y hoy quiero hacerte sentir como si estuvieras en su Castillo.

La palabra «castillo» se encuentra tres veces en la traducción Reina Valera Contemporánea. Según el significado de la Real Academia Española (RAE), es un lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones. Lejos de ser edificios para el lujo, como frecuentemente se pintan, eran construidos de piedra en lugares altos con el objetivo de proteger a la familia real militar de los ataques enemigos. Es por esa razón que el salmista compara la protección de Dios con un castillo.

«Ciertamente, tú eres mi roca y mi castillo; guíame; encamíname por causa de tu nombre» (Salmos 31:3). «Dice al Señor: ‘Tú eres mi esperanza, mi Dios, ¡el castillo en el que pongo mi confianza!’ » (Salmos 91:2). «Tú eres mi castillo de misericordia, mi fortaleza, mi libertador; eres mi escudo, y en ti me refugio; ¡tú haces que los pueblos se sometan a mí!» (Salmos 144:2). Bien vale la pena refugiarnos en ese «castillo».

En la actualidad, en mi país, se ha levantado una sangrienta ola de asesinatos, secuestros y crímenes por demás horrorosos; siendo las mujeres quienes encabezan la lista de víctimas. La gente pide, indignada, la protección del gobierno. No obstante, como cristianas sabemos que solo Dios puede protegernos, pues él es nuestro «Castillo». Estando dentro de él, el enemigo no puede derrotarnos.

La buena noticia es que, a diferencia de los grandes y majestuosos castillos actuales, que solo pueden estar asentados en un solo lugar, nuestro Castillo no es fijo sino que se mueve a donde nosotras vamos. Su protección nos acompaña tan solo si se lo pedimos, ¿sabes por qué?, porque somos sus hijas, sus princesas. No temas, en él estás segura. Sal hoy a las luchas de la vida con la plena confianza de que una Fortaleza va contigo, un inquebrantable Castillo.

Continuará…

Deja una respuesta