Matutina para Mujeres | Martes 7 de octubre de 2025 | Estrés postraumático

Matutina para Mujeres | Martes 7 de octubre de 2025 | Estrés postraumático

Matutina para Mujeres

«Tú, por tu parte, sufre penalidades

como buen soldado de Jesucristo» (2 Timoteo 2:3, RVC).

En el barrio le apodan «el loco» aunque su nombre es Darío Caballero. Desde hace quince años vive una terrible condición de vida. Se ha mudado de casa en diversas ocasiones, no es capaz de mantenerse en un empleo y, en los últimos cuatro años, ni siquiera ha encontrado uno. No puede estar en lugares donde hay muchas personas, no puede relacionarse bien con nadie, piensa constantemente que quieren hacerle daño y cada noche despierta con la pesadilla de aquel día que marcó su existencia: huesos rotos, hedor de sangre, cuerpos muertos y otros mutilados; y el terrible sentimiento de estar al borde de la muerte. Así como Caballero, hay miles de soldados que son diagnosticados con el síndrome de estrés postraumático y no pueden continuar en el ejército. Lamentablemente, muchos de ellos terminan su vida con el suicidio.

Toda experiencia que nos toca puede transformar nuestra vida, sobre todo si se trata de un suceso en el cual salimos lastimadas. La pregunta es: ¿De qué manera se produce esa transformación? ¿Para bien o para mal? El apóstol Pablo recomienda a Timoteo que sufra penalidades como «un buen soldado de Jesucristo». Dado que los conflictos bélicos ya existían en aquella época, Pablo no duda en hacer la comparación con la milicia del cristiano en la guerra espiritual.

Los ataques pueden venir bajo la forma de la muerte de un ser querido, un accidente que cause alguna discapacidad, entre otros. Sin embargo, no podemos negar que muchas veces los conflictos se dan entre los mismos hermanos. Las balas van y vienen hasta que uno se rinde. Se aleja de la iglesia, se aleja de Dios, no quiere saber nada al respecto. Se vuelve irritable y poco tolerante cuando una persona trata de persuadirlo a regresar. Yo le llamo a eso «síndrome de estrés postraumático del soldado cristiano».

Todos los soldados que sufren este síndrome tienen derecho a ser atendidos por sus gobiernos en hospitales de especialidades en psiquiatría. Desafortunadamente, son pocos los médicos disponibles ante la creciente demanda. La buena noticia para ti hoy, es que si pasaste por una situación que te dejó marcada y no te deja avanzar en la milicia cristiana, puedes ir al Médico por excelencia. Él siempre tiene citas disponibles para ti y puede sanar tu herido corazón. Transfórmate para bien.

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