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«Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con la diestra de mi justicia» (Isaías 41:10).
Hoy quiero contarte sobre Daniel, un adolescente amante del surf. Para él, surfear las olas era más que una afición; era su pasión y su escape. Sin embargo, un día, mientras surfeaba, se desató una gran tormenta de repente. Las olas se volvieron traicioneras, y Daniel se encontró en una situación aterradora, luchando contra las corrientes y las olas turbulentas.
En medio de la tormenta, Daniel recordó Isaías 41:10. «No temas, porque yo estoy contigo…» Esas palabras resonaron en su mente mientras luchaba por mantenerse a flote. En lugar de entrar en pánico, comenzó a orar a Dios pidiéndole ayuda y fortaleza. En ese momento, sintió una inexplicable calma en su corazón.
A medida que continuaba surfeando en medio de la tormenta, Daniel experimentó algo sorprendente.
Aunque las olas eran más altas y más fuertes que nunca, él se sintió más fuerte y más seguro de lo que jamás había estado. Sintió que Dios lo sostenía, como una mano poderosa que lo protegía de las peores embestidas de la tormenta.
Finalmente, Daniel logró llegar a la orilla sano y salvo. Estaba agotado pero lleno de gratitud. Esta experiencia le enseñó que en la vida, al igual que en el surf, enfrentamos tormentas inesperadas y desafíos. Pero, con la promesa de Isaías 41:10 en su corazón, sabía que no tenía que temer. Dios estaba con él, lo fortalecía y lo sostenía en medio de las tormentas de la vida.
Así como Daniel encontró fortaleza y seguridad en medio de la tormenta, nosotros también podemos confiar en Dios en los momentos difíciles. Isaías 41:10 nos recuerda que Dios está con nosotros, nos fortalece y nos sostiene en cualquier situación.
¿Cómo podemos aplicar esta promesa de Dios al enfrentar situaciones desafiantes o inesperadas? Recuerda que la confianza en Dios fortalece el espíritu y sostiene la esperanza en medio de las tormentas de la vida.
Oración: Querido Dios, gracias por ser mi refugio y mi fortaleza en tiempos de tormenta.
