
«Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca» (Mateo 7:24).
Imagina un constructor sabio que se tomó el tiempo de cavar profundamente en la tierra y establecer así una base sólida para su casa. Cuando llegaron las tormentas, su casa se mantuvo firme, como un testimonio de la previsión y el compromiso del constructor. En nuestra vida, podemos ser como ese constructor sabio, y levantar un fundamento sólido de fe mediante la obediencia a las enseñanzas de Dios.
Así como el sabio constructor de la parábola construyó su casa sobre un cimiento de roca sólida, debemos establecer nuestra vida sobre la verdad inquebrantable de la Palabra de Dios. Cuando anclamos nuestra fe en sus enseñanzas, podemos resistir las tormentas de la vida. «Todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca» (Mateo 7:24).
La clave del éxito del sabio constructor no fue simplemente escuchar sino obedecer. Como creyentes, debemos poner nuestra fe en acción, y vivir las enseñanzas de Cristo cada día. Obedecer la Palabra de Dios es como asegurar nuestra casa sobre cimientos sólidos.
Las tormentas de la vida pueden presentarse en forma de desafíos, tentaciones o pruebas. Pero, cuando hemos construido nuestra vida sobre las enseñanzas de Jesús, podemos mantenernos firmes frente a la adversidad, sabiendo que nuestro fundamento es seguro. Dios nos dará la fuerza para sobrellevar cualquier situación, aferrados de su mano.
Recuerda: nuestros cimientos son importantes. Seamos constructores sabios, comprometidos a vivir nuestra fe con obediencia.
Oración: Concédeme, Padre, la fuerza para obedecer tus enseñanzas, y que mi fe permanezca firme cuando se presenten las tormentas de la vida.

