
«Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios» (Hechos 7:55).
Esteban fue un hombre lleno del Espíritu Santo y valiente en su testimonio de fe. A través de su vida, podemos aprender importantes lecciones sobre la valentía y el poder de mantener nuestros ojos puestos en Dios.
El versículo de Hechos nos muestra el momento en que Esteban, mientras enfrentaba la persecución y el martirio, tuvo una visión de la gloria de Dios. A pesar de las circunstancias terribles en que estaba, Esteban se mantuvo firme en su fe y confió en el poder de Dios. Su ejemplo nos desafía a mantener la mirada puesta en Dios, sin importar las adversidades que enfrentemos.
La historia de Esteban nos recuerda la importancia de ser valientes en nuestra fe, incluso cuando nos enfrentamos a oposición o persecución. A menudo, como jóvenes, podemos encontrarnos en situaciones en las que nuestra fe es desafiada o ridiculizada. Sin embargo, la vida de Esteban nos enseña que podemos confiar en el poder de Dios y mantenernos firmes en nuestra fe, ya que él estará a nuestro lado.
Además, a través de su testimonio y sus palabras, Esteban llevó el mensaje del evangelio a aquellos que lo rodeaban, incluso hasta el momento de su muerte. Su valentía y su compromiso con la verdad dejaron un legado duradero en la iglesia primitiva.
Nosotros también podemos reflejar la valentía y la confianza en Dios, buscando siempre vivir y proclamar la verdad del evangelio donde estemos.
Oración: Gracias, Dios, por el ejemplo de Esteban. Ayúdame a siempre serte fiel.

