
«Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo para ver si tiene suficiente dinero para terminarla?» (Lucas 14:28).
Las parábolas sobre calcular el costo enfatizan la importancia de comprometerse plenamente con la experiencia del discipulado. Así como un constructor calcula el costo de una torre, estamos llamados a considerar cuidadosamente el costo de seguir a Jesús. Veamos en mayor detalle qué se requiere de los discípulos.
Compromiso incondicional. Las parábolas nos recuerdan que el discipulado no debe tomarse a la ligera. Seguir a Jesús significa comprometerse de todo corazón, aunque implique desafíos y sacrificios. Debemos llevar nuestra cruz, sabiendo que las recompensas eternas de seguir a Cristo superan con creces cualquier costo terrenal.
Evaluación del costo. Se nos anima también a evaluar el costo del discipulado. Debemos estar dispuestos a dejar atrás nuestra antigua forma de vida, negarnos a nosotros mismos y abrazar el camino de seguir a Cristo, sin importar los desafíos. Al calcular el costo, recordemos que Jesús vale cada sacrificio que hacemos.
Fidelidad duradera. El compromiso de seguir a Jesús es un viaje que dura toda la vida. Estas parábolas nos enseñan a permanecer fieles, incluso en tiempos difíciles, y a perseverar con confianza firme en Dios. A medida que enfrentamos pruebas y tribulaciones en este viaje, podemos sacar fuerzas de la promesa de que Cristo está a nuestro lado.
La parábola nos desafía a evaluar nuestro compromiso de seguir a Cristo. Como discípulos, estamos llamados a abrazar de todo corazón el viaje, calculando el costo mientras permanecemos fieles y soportamos los desafíos que se nos presenten.
Oración: Querido Dios, ayúdame a perseverar con fe firme, sabiendo que el viaje vale cada sacrificio.

