Matutina para Menores, Miércoles 14 de Julio de 2021

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¿A dónde no vuelven la lluvia y la nieve según el profeta Isaías?

“Así como la lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, […] y producen la semilla para sembrar y el pan para comer, así también la palabra que sale de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto” (Isaías 55:10, 11).

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  1. Al cielo.
  2. Al mar.
  3. A los ríos.

¿Te has preguntado alguna vez de dónde provienen la lluvia y la nieve?

Si te gustan las Ciencias Naturales, seguramente conocerás lo que es el “ciclo del agua”. Este ciclo comienza cuando los rayos del sol calientan la superficie de los ríos, de los lagos y del mar. Al calentarse, el agua se evapora, es decir, asciende y se convierte en vapor de agua. 

Al principio, todas esas gotitas pequeñitas de vapor de agua pesan poco y flotan formando las nubes. Poco a poco, esas gotitas se unen a otras gotitas y se hacen más grandes y más pesadas, por lo que caen en forma de lluvia. Si pesan poco, caen como una lluvia suave; pero si pesan mucho caerán como un chaparrón de agua.

La nieve, igual que la lluvia, proviene del vapor de agua que forman las nubes. Sin embargo, la nieve se produce cuando en la atmósfera la temperatura es muy baja y hay suficiente humedad. Entonces las gotitas del vapor de agua se congelan y se convierten en cristales de hielo pequeñitos que chocan unos con otros y forman los copos de nieve. Cuanto más pesen esos copos de nieve, más fuertemente caerán a la tierra. 

¿Te imaginas que no lloviera nunca? Todo estaría seco y los seres vivos no podríamos vivir. ¿A quién crees que se le habrá ocurrido ese maravilloso ciclo del agua? ¿Para qué?

Tú y yo sabemos que nada sucede por casualidad, el Creador lo inventó para que no nos faltara el agua para beber, para sembrar… y para poder comer lo que produce la tierra. 

Dibuja un copo de nieve en tu Diario de Oración y dale las gracias a Jesús por la lluvia y la nieve.

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