Matutina para Mujeres, Jueves 29 de Julio de 2021

Matutina para Mujeres, Jueves 29 de Julio de 2021

Escuchar Matutina

Una brújula moral

“Preocuparse por seguir las inclinaciones de la naturaleza débil lleva a la muerte; pero preocuparse por las cosas del Espíritu lleva a la vida y a la paz” (Rom. 8:6).

La brújula es un instrumento que posee dos agujas imantadas, que siempre marcan los polos Norte y Sur. Los antiguos navegantes, en medio del océano, nunca perdían el rumbo, pues eran guiados por una brújula que les marcaba la dirección en la que debían seguir. En la actuali­dad, este instrumento ha sido reemplazado por nuevos dispositivos; uno de ellos es el GPS, de uso tan común. ¿Qué haríamos hoy sin los GPS del auto y del teléfono? Realmente nos han ayudado a llegar donde queremos ir.

¿Y en lo moral? ¿Será que existe alguna “brújula moral” en la que poda­mos confiar para que nos marque el rumbo a seguir, señalando con claridad lo que es bueno y lo que es malo? Sí, existen dos.

La Palabra de Dios es, en esencia, una brújula para toda mujer cristiana. En ella encontramos dirección para vivir una vida con sentido y claridad de propósito, sabiendo dónde estamos y hacia dónde queremos llegar.

Tal vez una de las razones por las que, en líneas generales, nos encontramos tan per­didas, es porque no cultivamos el hábito de leer todos los días las Sagradas Escrituras, buscando en ellas el Norte. 

Otra brújula moral a nuestra disposición es la voz interna, es decir, la conciencia, siempre que esté dirigida por el Espíritu Santo. Él nos dice si lo que hacemos es correcto o incorrecto, adecuado o inadecuado. Ahora bien, hay que hacer espacio, tiempo y silencio para escucharla. ¿La escuchas tú?

Cuando tenemos dudas y comenzamos a relativizar la dirección de Dios, estamos en serio peligro y, en sentido figurado, nuestra brújula moral se vuel­ve loca: vivimos dando tumbos y nos lastimamos hasta perdernos definiti­vamente. Hagámonos sensibles al Espíritu Santo. Cada mañana y cada tarde en silenciosa reflexión meditemos de tal modo, que cualquier cosa que pen­semos y hagamos nos lleve a la dirección correcta. 

Recuerda: leer la Palabra de Dios en humilde oración fervorosa y habituar­nos a escuchar la voz del Espíritu hablando a nuestra conciencia son dos brú­julas que nos marcarán el camino a seguir. En la Biblia leemos: “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios” (Rom. 8:14). 

Revisa en compañía de Jesús tu brújula moral y, si es necesario corregir el rumbo, comienza hoy. Dios está contigo.

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