¿Quién dijo que Jesús puede limpiar tu corazón?
“Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel!” (Salmo 51:10).
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- Isaías.
- David.
- Pablo.
¿Sabes quién inventó el jabón?
Dicen los historiadores que los primeros en usar jabón fueron los babilonios hacia el año 2800 antes de que naciera Jesús.
¿Sabes cómo hacían el jabón? Hervían la grasa de los animales y lo mezclaban con ceniza de plantas alcalinas y agua. A esta mezcla se la denomina “saponificación”. ¿Y por qué esta mezcla limpia? Porque las moléculas que la componen tienen dos características opuestas: La primera es hidrófila, es decir, que atrae al agua; mientras que la otra es lipófila, que atrae a la grasa. Así, al sumergir una prenda de ropa sucia en el agua con jabón hace que se separe la grasa del tejido, y que la grasa o la suciedad desaparezca.
Actualmente, al jabón se le añaden suavizantes, perfumes… Pero, en realidad, el jabón originalmente no tenía olor.
Hay personas que hacen su propio jabón con aceites usados, agua destilada y soda cáustica. Pero se produce una reacción química que puede ser peligrosa. De manera, que solo pueden hacerla los adultos, y protegiéndose muy bien con guantes y gafas.
Después de hacer una excursión, de saltar a la cuerda o de jugar un partido de fútbol, no hay nada mejor que un buen baño con jabón y una ropa limpia. ¡Qué bien hueles tú y qué bien huele la ropa limpia!
Cuando ensucias tu corazón con alguna palabra mal dicha a un amigo o una actitud desobediente… ¿crees que necesitas un buen jabón para sentirte limpio y bien? Jesús es el jabón capaz de limpiar toda esa suciedad.
Si quieres que Jesús te dé un corazón limpio, dibuja un corazón en tu Diario de Oración y copia dentro las palabras de David que están en el versículo de hoy.
