Detén la música de vez en cuando
“Pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo” (Eze. 36:26).
Para cualquier paciente y sus familiares, esperar por un donante de corazón puede ser un proceso largo y emocionalmente agotador. Pasan días, semanas, meses, y la vida permanece en pausa mientras se espera esa llamada que lo cambiará todo y que inicia los preparativos inmediatos para la cirugía.
John Paul recibió su primera donación de corazón cuando tenía apenas diez meses de nacido, pero la enfermedad de las arterias coronarias lo desgastaron, dejando su cuerpo con la necesidad de un nuevo trasplante. Cuando finalmente encontraron un donante, los médicos solo disponían de cuatro horas para completar el trasplante antes de que el corazón ya no fuera viable. El problema era que no podían encontrar a John Paul por ningún lado. Estaba con sus padres en un concierto de jazz y, como de costumbre, su madre había puesto el celular en vibración antes de guardarlo en el bolso. Por mucho que los médicos llamaran, no se darían cuenta.
Los cardiólogos se pusieron en contacto con la policía para tratar de localizar a John Paul y a su madre. Agentes de policía de cinco condados registraron todos los centros comerciales y cines de la zona. Entonces, un agente tuvo una idea: rastrear el teléfono celular de la madre a través del sistema de posicionamiento global por satélite. La práctica es ilegal sin la orden de un juez, a menos que la policía esté buscando a un sospechoso de homicidio o la situación sea de vida o muerte.
El GPS pronto identificó la ubicación del teléfono celular y la policía se apresuró al auditorio de conciertos. Solo había una cosa que podían hacer: detener el concierto. El cabo de la policía estatal James Green entró corriendo al edificio, habló con la esposa del director de música y le informó sin aliento de la situación. Luego, subió al escenario y le indicó al director que dejaran de tocar. Tomando el micrófono, preguntó: “¿Se encuentra la Sra. Sue May entre la audiencia?” Sorprendida, Sue May levantó la mano.
“Sra. Sue May, por favor, venga con nosotros. Se ha encontrado un corazón para su hijo. Necesitamos llevarlos con urgencia al hospital”.
Cuando John Paul y su madre pasaron al frente, la multitud estalló en aplausos. Y la policía llevó a la familia al hospital, donde los cirujanos le dieron un nuevo corazón a John Paul. La esperanza es clave en la vida. ¿Cómo andan tus niveles de esperanza?