El significado del perdón
“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los quelos maldicen, hagan bien a los que los odian, y orenpor quienes los persiguen” (Mateo 5:44, RVC).
El 2 de octubre de 2006, Charles Roberts, de 32 años y conductor de un camión lechero de un pueblo cercano a Nickel Mines, Pensilvania, entró en la escuela de una comunidad amish de esa zona y disparó a cinco niños antes de suicidarse. Lo planeó bien: llevó un arsenal de armas, municiones, herramientas y otros artículos útiles en caso de un largo enfrentamiento.
Entró en la escuela amish de una sola aula como a las 10:30 de la mañana, y obligó a quince niños y a varias mujeres con bebés a salir del edificio. Luego, alineó a las once niñas contra la pizarra. Por supuesto, en cuanto los niños y las mujeres salieron del aula, se pusieron en contacto con la policía.
Cuando esta llegó, poco después, descubrieron que Roberts había trabado las puertas de la escuela con tablas que había traído consigo. También había atado a sus rehenes.
Luego, Roberts habló con su mujer durante unos minutos por teléfono móvil. Dijo que estaba enfadado con Dios por la muerte de su hija pequeña, casi diez años antes. También confesó varios crímenes de los que su mujer no sabía nada. Roberts y su esposa tenían tres hijos. No tenía antecedentes penales ni de enfermedad mental.
Aproximadamente a las 11:00, Roberts habló con un asistente de llamadas del 911 diciendo que, si la policía no se iba, comenzaría a disparar. Segundos después, disparó a cinco de las estudiantes. Cuando las autoridades irrumpieron en la escuela, Roberts se disparó en la cabeza. Dos de las sobrevivientes contaron a sus padres que Marian Fisher, de trece años, una de las niñas asesinadas, pidió que le dispararan primero.
Al parecer, esperaba que al matarla, Roberts cambiara de opinión y dejara ir a las niñas más pequeñas.
El mundo contempló con asombro las acciones de los amish. Estos visitaron y consolaron a la viuda de Roberts, a sus padres y a sus suegros. Algunos incluso asistieron a su funeral. Se dice que, durante una hora, un amish sostuvo en sus brazos al padre de Roberts, que sollozaba, tratando de consolarlo. Los amish crearon un fondo de caridad para la familia del asesino. Y se escuchó a un abuelo de una de las niñas asesinadas advirtiendo a algunos jóvenes familiares que no odiaran al asesino, diciendo: “No debemos pensar mal de este hombre”.
Qué increíble ejemplo de comportamiento amoroso después de haber recibido tanto odio.