«Haz que me vaya bien»
«Entonces comenzó a orar: “Señor, Dios de mi amo Abraham, te ruego que hoy me vaya bien”». Génesis 24: 12, NVI
A las puertas de un nuevo año vale la pena meditar en una historia bíblica que contiene la clave para asegurarnos el éxito en cualquier proyecto que emprendamos. El relato de donde he extraído el pasaje de hoy cuenta que Abraham llamó a su mayordomo y le encargó una de esas tareas que bien podrían ser un capítulo más de la famosa serie Misión imposible: Tenía que viajar 720 kilómetros en camello a su tierra natal, tenía que escoger una esposa para Isaac entre la familia de Abraham; si la encontraba, tenía que convencerla para que se fuera con él, que era un desconocido, y dejar a su familia para casarse con un hombre a quien nunca había visto.
Cuando Eliezer, el mayordomo, llegó a la tierra natal de su amo, trazó un plan de acción: se propuso encontrar a esa chica en el pozo. Entonces realizó una sencilla pero maravillosa oración. «Señor y Dios […], haz que hoy me vaya bien» (Génesis 24: 12, DHH).
En esta oración, el siervo expresa con claridad lo que necesita de Dios: la mujer adecuada, de la familia correcta, que le ofreciera agua a él y a los camellos. Pero hay un elemento de esa oración muy importante para nosotros en vísperas de un nuevo año: «Haz que hoy me vaya bien». Una oración simple y concreta, pero que desencadenó una respuesta inmediata, prodigiosa y estupenda: «Todavía no había terminado de orar, cuando vio que una muchacha venía con su cántaro al hombro» (Génesis 24: 15, DHH).
¡Qué Dios tan maravilloso! ¡Qué Dios tan generoso! ¡Qué Dios tan bondadoso! No había terminado de orar y ya la respuesta estaba ahí: la mujer adecuada, familiar lejana de su amo, hermosa y en edad de casarse, le dio de beber a Eliezer y dio de beber a los camellos. Se entrevistó con los familiares de ella, les contó a qué había ido y, cuando les dijo que la escogida era Rebeca, todos quedaron sorprendidos. Lo increíble es que cuando le preguntaron a Rebeca qué pensaba, ¡ella aceptó inmediatamente! ¡Cuánto daríamos para que nuestra vida en este nuevo año sea así de precisa!
Necesitamos que nos vaya bien al finalizar este año e iniciar uno nuevo, por eso hemos de pedirle a Dios que nos asegure su presencia, su bendición y su inmenso amor. Hoy @Dios puede hacer que te vaya bien.