Sabiduría de la Biblia II
“En mi corazón he guardado tus dichos…” (Salmo 119:11 p.p., RVR).
Ayer comenzamos con la enumeración de frases populares que en realidad son versículos de la Biblia que enseñan grandes verdades. ¿Continuamos?
La fe mueve montañas. “De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho…” (Mat. 21:21). Cierta vez, Jesús caminaba y tuvo hambre. Se acercó a una higuera para agarrar algunos frutos, pero vio que no había higos, solo hojas. Le ordenó al árbol que se secara, y eso ocurrió. Impresionados porque la higuera se hubiera secado, y por la rapidez con que había sucedido, le preguntaron al Mesías cómo había hecho eso. Él aprovechó la ocasión para hablar de la fuerza de la fe, que había demostrado en la práctica, incluso para lo que parecía imposible.
La unión hace la fuerza. Se reconoce a Salomón como el autor del libro de Eclesiastés, donde dice: “Mejores son dos que uno; porque […] si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo!, que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” (Ecl. 4:9, 10).
“El que a espada hiere a espada morirá” (Mat. 26:52). Cuando Pedro quiere “defender” a Jesús de sus opresores, hiere a Malco con la espada y le saca la oreja. Jesús lo reprende y sana al siervo del sumo sacerdote. Hoy se usa este dicho con aquellos que son violentos, pues recibirán violencia también.
Después de la tempestad viene la calma se refiere a la historia que narra cuando Jesús calmó la tempestad. Mientras Jesús dormía, sobrevino la tormenta. Al despertarlo, los discípulos escucharon cómo ordenó a los vientos y a las olas que se calmasen. Aun en la situación más difícil debemos tener fe, porque Jesús nos dará calma y fe para enfrentarla, pues estará a nuestro lado.
¡Gracias, Dios, por dejarnos tantas enseñanzas en tu Palabra! Solo obedeciendo tu voz podremos ser felices.
Mirta