¡Bueno para todos!
“El Señor es bueno para con todos, y con ternura cuida sus obras” (Salmo 145:9).
Todos los días pasaba lo mismo: el padre de Susan podía pasar a recogerla recién cuando salía del trabajo. A veces, ella esperaba mucho tiempo a que él apareciera, y la mayoría de los estudiantes ya se había ido. Eso le molestaba un poco, aunque sabía que su padre hacía lo mejor que podía por ella.
Una tarde, como de costumbre, Susan vio a sus compañeros irse uno a uno. Sintió una punzada de envidia cuando vio a la madre de Lilian buscar a su hija en el momento justo. Lilian era una chica inteligente y popular en la escuela. Por unos momentos, Susan quiso ser como Lilian y albergó sentimientos de autocompasión y tristeza.
La joven todavía estaba pensando en estas cosas cuando encontró a la pequeña Alessandra, que leía una hoja una y otra vez. Estaba memorizando nuestro versículo de hoy para presentarlo en la iglesia. Alessandra dijo que su familia celebraría un servicio de gratitud, porque Dios estaba siendo muy bueno con ellos. Después de la muerte de su padre, su madre había comenzado a trabajar mucho para mantener la casa. Para permanecer en la escuela, Alessandra recibía una beca. Los abuelos se mudaron cerca para ayudar con su hermano pequeño, quien aún despertaba llamando a su padre. Todos los miembros de la familia lo extrañaban mucho, pero sentían que la bendición divina los ayudaba a reorganizar su vida, incluso con la ausencia de su padre.
¡Qué vergüenza!, pensó Susan. Con todo lo que estaba atravesando esta familia, ¡habían encontrado una manera de agradecer a Dios por su bondad! Susan elevó una oración silenciosa, pidiendo perdón por su actitud y agradeciendo a Dios por muchas cosas. Finalmente, reconoció que Dios es muy bueno, más de lo que merecemos. ¡Dios es bueno con todos!
Piensa en algunas cosas por las que puedes agradecer a Dios ahora mismo.