Templanza
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7).
¿Te gustan las plantas? ¡A mí me encantan! Aunque tengo que reconocer que nunca tuve el don que tienen algunas personas de cultivar plantas vistosas, fuertes, con flores abundantes. ¡Sin embargo, no me doy por vencida!
Cierta vez, me regalaron una maceta con una hermosa planta, la cual me propuse cuidar con todo esmero. Todos los días la regaba un poquito y controlaba expectante su progreso. Pero para desilusión mía… después de unos meses, la planta comenzó a debilitarse. Probé echándole abono y seguí regándola todos los días. Pero aun así no mejoraba. En esos días, me visitó una amiga experta en plantas y aproveché a preguntarle sobre la mía. Ella la miró y luego me preguntó varias cosas, entre ellas, cuántas veces a la semana la regaba. Le conté que lo hacía todos los días.
–¡Ahí está el problema! ¿Sabes qué pasa? Tu planta se está muriendo por exceso de riego. Este tipo de plantas requieren un riego a la semana, y nada más. Tú le estás dando agua todos los días y eso la está matando.
Pero ¿cómo? ¿No es que el agua es buena? ¿Cómo podía ser que algo bueno le causara daño? Mi amiga me dijo:
–A veces dar en exceso, aunque sea bueno, no es lo correcto.
¿Sabes? Nosotros somos iguales que las plantas. Las cosas buenas, por más buenas que sean, si las tomamos en exceso nos terminarán haciendo daño. Alimentarse saludablemente es bueno, pero comer a todas horas o en exceso, tarde o temprano nos traerá problemas digestivos. Tomar sol tiene muchos beneficios, pero si nos exponemos en horas inadecuadas, o mucho tiempo sin precaución, terminará dañando nuestra piel y causando quemaduras. El descanso recarga nuestras energías y nos fortifica, pero si nos gusta mucho quedarnos en la cama, produce el efecto contrario: nos debilita.
En la Biblia, hay una palabra clave para este tema: la temperancia. Temperancia es la capacidad de tomar las cosas buenas con moderación, en su justa medida: ni más, ni menos. ¿Y si le pides hoy a Dios que te dé temperancia? No hay necesidad de terminar como mi plantita. ¡Dios te ayudará si se lo pides, y el versículo de hoy será realidad en tu vida!
Gabriela