Una mochila llena
“Bendito sea el Señor, nuestro Dios y Salvador, que día tras día sobrelleva nuestras cargas” (Salmo 68:19, NVI).
¿Cómo fue tu primer día en la escuela? Cuando Nicky, mi hijita, empezaba la escuela, lo que más le emocionaba era comprar su mochila. Recorrimos algunas tiendas hasta que encontramos la que consideramos perfecta por su diseño y color para una tierna niña como ella. Luego de pagarla, se la colocó en la espalda y llena de emoción caminaba por todos los pasillos de la tienda, sin hacer ningún esfuerzo para cargarla.
Llegó el primer día de clases, y la mochila nueva rebalsaba de útiles escolares. Intentó cargarla en la espalda como el día en que la compramos, pero algo no estaba bien. Esa mochila ya no parecía perfecta. Una cosa era cargarla vacía y otra muy distinta cargarla repleta. Ella insistió, así que intentamos ayudarla, pero todos los intentos fueron en vano. Los artículos escolares en esa mochila hacían que el peso y el tamaño de la mochila sobrepasaran sus fuerzas. Su mochila estaba tan cargada que el peso era más de lo ella que podía cargar.
Las mochilas escolares son una forma práctica de llevar los libros y el material escolar. Sin embargo, transportarla tan cargada podía producir daños muy graves en sus pequeños hombros y espalda. Muy a su pesar, finalmente, fue el papá quien la tuvo que cargar.
En la vida puede pasarnos algo similar. Muchas veces intentamos llevar cargas tan pesadas, ¡que no podemos con ellas! Tal vez tienes que cambiar de escuela y estás preocupado por no conseguir nuevos amigos. Tal vez has estado preocupado por no saber qué decir cuando te pregunten alguna cosa que no quieras contar. Quizá sabes que alguien está haciendo algo malo y no sabes cómo ayudarlo. Tal vez diste mal un examen y temes sacar una mala nota. Todas esas cosas pueden ser cargas pesadas para llevar. Pero nuestro versículo de hoy nos trae buenas noticias. ¡No tienes que cargar con todos esos problemas solo!
La Biblia nos dice que nuestro Dios y Salvador lleva nuestras cargas no solamente el primer día de clases, sino todos los días. No cargues solo algo que no puedes llevar. Puedes darle tus cargas a Jesús, él llevará con amor la mochila más pesada que tengas. ¿No es un motivo maravilloso para agradecer a Dios? Agradece hoy al Señor, quien lleva las cargas pesadas de tu vida sobre su espalda, porque te ama.
Magaly