El compromiso de regresar – parte 2
“Luego Herodes llamó en secreto a los sabios, y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Los envió a Belén y les dijo: ‘Vayan e infórmense bien de ese niño y, tan pronto como lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya y lo adore’. […] Al ver la estrella se llenaron de alegría. Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron” (Mat. 2:7-11, NVI).
–¿Acaso eso importa? –gritó el rey–. Cualquiera podría ser peligroso. Es una invitación para que salten impostores de debajo de cada piedra. Si dejamos que esta información se propague, sería una invitación abierta a cualquiera con un poco de ambición.
Me imagino que es lo que teme, pensó el soldado cuando el rey comenzó a toser. Muchas historias sobre hechos extraños y sangrientos circulaban por los terroríficos corredores del palacio. Pero el soldado prefería callar. Hacía mucho tiempo había aprendido a sobrevivir en aquella corte demencial.
–¿Sabes? Es irónico, en cierto sentido –logró decir finalmente el rey.
–¿Qué quiere decir con eso, mi señor?
El rey se echó hacia atrás sobre un cojín y miró la penumbra que se cernía sobre el techo. Las sombras ahora ocultaban toda su cara, excepto un ojo lloroso. Su voz adquirió una sibilante debilidad, típica de los ancianos cuando comienzan a vagar por sus recuerdos.
–Justo un poco más allá de esa pequeña aldea de Belén que mencionaron los filósofos, fue donde peleé la batalla más crucial de toda mi vida.
El rey hizo una pausa. ¿Realmente habían pasado casi cuatro décadas? El soldado escuchaba pacientemente.
–Aquellos días hacen parecer fácil y pacífico incluso al presente –dijo el viejo rey lentamente, mientras los recuerdos iban suplantando a la ira–. Tú también dirías lo mismo si te hubiera tocado vivirlos. La antigua dinastía hasmonea estaba agonizando. La tierra era un polvorín en el que se formaban y disolvían alianzas y tramas.
A pesar de todo lo que había sucedido en esos años, el viejo rey aún podía sentir el terror de esa época. Recuerdos reprimidos durante años comenzaron a brotar desde las mazmorras de su mente.
En aquellos días, él había luchado por obtener el control del gobierno, jurando hábilmente su lealtad a cada nuevo hombre fuerte que emergía en el Imperio, y utilizando su vasta fuerza militar y política para consolidar su posición.
Continuará…
GW