Domingo 19 de Junio de 2022 | Matutina para Jóvenes | El Dios que escucha

Domingo 19 de Junio de 2022 | Matutina para Jóvenes | El Dios que escucha

El Dios que escucha

«¡Acepta mi oración!, ¡atiende a mi plegaria!». Salmo 88: 2

Junto con su esposa, llegaron al centro comercial y se dirigieron al cajero automático para retirar dinero. Compraron los útiles escolares para sus hijos, subieron a su camioneta y se dirigieron a casa. Cuando llegaron a la residencia, tocaron para que les abrieran y fue en ese momento cuando apareció un individuo que, revólver en mano, le pidió el bolso a la esposa y la golpeó en la cara. Cuando su esposo la vio sangrando le dijo que entregara el bolso y no opusiera resistencia. Entonces, el delincuente le apuntó a él y le propinó dos disparos. Ella comenzó a gritar pidiendo auxilio y uno de sus vecinos hizo varios disparos al aire, lo que obligó a los delincuentes a huir.

De inmediato, la gente vino a auxiliarlos y lo llevaron de emergencia a la clínica. Allí fue sometido a una primera intervención y lo conectaron a un respirador artificial. Cuando despertó de su última cirugía, los médicos le dijeron que no volvería a caminar. Pero él, que es una persona muy emprendedora y con gran resolución, se propuso caminar nuevamente. Se sometió a sesiones de terapias intensas y logró dejar de usar la silla de ruedas. Después de dos años de haber sido agredido, fue caminando a la cárcel para saludar y perdonar a la persona que le disparó. Lo perdonó y prometió ayudarlo, si estaba dispuesto a abandonar la vida delictiva.

Hace poco le dijo a un periodista que este accidente lo ayudó a encontrarse con Dios. «Él me dio la oportunidad de vivir», comenta agradecido. Dios escuchó la plegaria de este buen hombre, su oración llegó a su presencia y le dio la oportunidad de seguir viviendo. Elena G. de White escribió: «Vivimos en el periodo más solemne de la historia de este mundo. La suerte de las innumerables multitudes que pueblan la tierra está por decidirse […]. Necesitamos humillarnos ante el Señor, ayunar, orar y meditar mucho en su Palabra» (El conflicto de los siglos, p. 659).

Tú y yo no tenemos que estar al borde de la muerte para experimentar la gracia salvadora de Cristo Jesús, podemos recibir sus múltiples bendiciones cada día mientras llevamos una vida normal. @Dios está dispuesto a escuchar nuestras plegarias. Hoy te invito a presentarle tu caso, así como las necesidades de tus seres queridos. Verás que él te contestará.

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