¡A terminar la carrera!
“Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24, NVI).
Las Olimpíadas son eventos importantes a nivel mundial organizados para mostrar las diferentes habilidades de tantos deportistas que se destacan en alguna disciplina. Pero todos debiéramos practicar algún deporte o hacer ejercicios. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños entre 5 y 17 años realicen una hora de ejercicio físico moderado al día, pero también señala que incrementar el tiempo dedicado a su práctica aporta beneficios para su salud. Los beneficios son muchos, por ejemplo:
•Favorece el desarrollo físico, y el crecimiento de huesos y músculos.
•Puede corregir algunos defectos físicos.
•Ayuda a dormir mejor y prevenir el mal humor.
•Evita el sedentarismo, y reduce el tiempo dedicado a la televisión y los videojuegos.
•Previene la obesidad.
•Mejora la agilidad, potencia los reflejos, aumenta la velocidad y refuerza la resistencia.
•Reduce la ansiedad y la depresión, y aumenta la autoestima.
•Enseña a aceptar reglas, valorar el compañerismo, integrarse y asumir responsabilidades.
¡Qué excelentes beneficios! Hoy, quiero contarte acerca de otra carrera: la carrera espiritual. Este entrenamiento requiere ser perseverantes y pacientes porque, al igual que los deportistas, hay días malos y buenos.
Así como hay días en que se está cansado, sin ganas de hacer ejercicios, puede haber días en que no tengas muchas ganas de leer tu Biblia, por ejemplo. Te animo a hacerlo igual. Recuerda que el premio final es mucho más que una medalla, ¡es una corona de oro! Además, habrá una eternidad completa para disfrutar de la perfecta vida que Jesús tiene preparada para sus hijos fieles.
¡Imagínate estar en el cielo rodeado por tantas personas a quienes habrás contado del amor de Dios! Sé perseverante y esfuérzate cada día para llevar adelante tu entrenamiento: leer tu Biblia, orar y hablar a otros de Jesús.
Nina