La necedad de la cruz
“Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para nosotros los salvos es poder de Dios” (1 Corintios 1:18, LBLA).
El 28 de agosto de 1938, un muñeco de ventrílocuo recibió un título universitario. Así es. Por ridículo que parezca, una conocida universidad de enseñanza superior otorgó un título a un trozo de madera sin vida. El muñeco se llamaba Charlie McCarthy, y le dieron un título de “Maestro de la insinuación y de la respuesta rápida”. ¿En qué estaban pensando en la Escuela de Oratoria de la Universidad Northwestern de Illinois? Por supuesto, era una broma. Creo que deberían ganar el gran premio al galardón académico más loco desde que comenzó la educación superior.
La comedia es una forma popular de entretenimiento y los concursos televisivos son cada vez más comunes. Pero ¿cuántos de ellos merecen tu tiempo? Gente que no conoces haciendo tonterías, a menudo mintiendo y engañando, con la esperanza de ganar algún premio. Observa a cualquiera de ellos y nota cuántas veces deben censurar los improperios que utilizan los competidores. Y la comedia. Es raro escuchar a un comediante realmente bueno sin un montón de lenguaje grosero. No es un comediante experto y talentoso quien tiene que recurrir al lenguaje vulgar para conseguir risas.
Además, la mayoría no puede arreglárselas sin insultos dirigidos a las mujeres o al sexo o a la raza, y luego, por supuesto, están las palabrotas que toman el nombre de Dios en vano. Incluso los cristianos lo toleran. La gente se acostumbra a las blasfemias y cada vez les da menos importancia. “Ni siquiera lo oigo. Me pasa inadvertido”, dirán; o: “Son solo palabras”. Sin embargo, es imposible no ser cambiado por ello. Dios lo toma en serio, y creo que también toma en serio todas las bromas sobre el sexo que niegan la hermosa experiencia de unión entre un hombre y una mujer, como Dios quiso que fuera.
Los comediantes deben pensar que esto es todo lo que la gente quiere escuchar, pero hay muchos que preferirían una comedia realmente buena sin todos los extras. Piensa: si todo esto es normal y no hay nada realmente malo en ello, ¿por qué la industria cinematográfica califica las películas y series como R, PG-13, etc.? ¿Por qué ciertos programas se emiten a última hora de la noche a fin de evitar que los niños los vean? Porque saben que es ofensivo, y no es lo que queremos que nuestros hijos repitan.
Pablo nos recuerda que la piedad y la pureza no son algo que el mundo entienda realmente. Nos desafía a escoger siempre la “necedad” de la cruz sobre el comediante burdo.