Indicadores
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Santiago 3:17.
En la actualidad, uno de los instrumentos más útiles para cuantificar o precisar un estudio son los “indicadores”. Como bien muestra su nombre, nos señalan si lo que pretendemos evaluar está dentro de la medida de lo deseado o no. Por ejemplo, si queremos conocer el desarrollo de las personas de un país, consideraremos tres indicadores: la esperanza de vida al nacer, la cantidad de analfabetos y el nivel de vida.
Santiago, tras enseñarnos cómo es la falsa sabiduría, se detiene a mostrarnos siete indicadores que nos permiten conocer la sabiduría de lo alto, de Dios. ¿Quieres saber cómo andas de tal sabiduría? Hagamos un test:
1. Pura. La verdadera sabiduría no se aloja en un corazón impuro. No hay lugar para las medias verdades ni los medios compromisos. ¿Vives en la zona gris o prefieres el color?
2. Pacífica. La persona realmente sabia tiene una relación apacible con Dios y con los demás. No necesita competir ni contender. Hay personas que, considerándose muy académicas, viven en constantes refriegas. ¿Tienes necesidad de debatir y enfrentarte porque posees la razón, o prefieres crear atmósferas positivas?
3. Amable. Hay muchas personas que abusan cuando tienen la razón, pero la sabiduría divina es indulgente. La razón no te da derecho a ser despectivo con nadie. ¿Eres afectuoso aunque sepas que estás en lo correcto?
4. Benigna. La sabiduría de Dios no solo disfruta con lo bueno sino que lo hace realidad con docilidad. Con todo lo que has aprendido en la vida, ¿lo empleas para ayudar a los demás y mejorar sus vidas?
5. Llena de misericordia y de buenos frutos. Santiago no habla de un poco de empatía, de pertenecer los fines de semana a una ONG. Habla de ser caritativo y cariñoso siempre. ¿Te preocupan los demás en cada instante de tu vida? ¿Concretas en soluciones tus preocupaciones?
6. Sin incertidumbre. Algunos piensan que ser un intelectual es ser esclavo de las dudas. Estar junto a Dios, sin embargo, es vivir en la Verdad, y la Verdad genera certezas. Por supuesto que a veces reflexionas, pero ¿lo tienes claro?
7. Sin hipocresía. No hay impostura en la sabiduría verdadera. Hay personas que no dudan en atribuirse méritos sin merecerlos. ¿Eres quien eres o mantienes una imagen?
Creo que hay mucho que pensar. Te dejo con ello, y deseo que, sea cual sea el resultado, vayas a mejor.