Jueves 06 de Octubre de 2022 | Matutina para Adolescentes | Tyndale es martirizado

Tyndale es martirizado

“Deseables son más que el oro, más que mucho oro refinado; y dulces más que la miel, la que destila del panal” (Salmo 19:10, RVR 95).

En este día de 1536, William Tyndale fue quemado en la hoguera por su trabajo de traducción de Biblias y su esfuerzo por introducirlas a escondidas a Inglaterra. Quince años antes, se había interesado por el trabajo de Erasmo y de Martín Lutero, ambos reformadores e interesados en la traducción de las Escrituras para que esta estuviese al alcance del pueblo en su idioma. Se habían impreso algunas Biblias en Europa, pero la mayoría de los ejemplares seguían estando en latín, una lengua muerta que solo podían leer los sacerdotes, los monjes y los obispos de la Iglesia Católica. Tyndale quería, sobre todo, que la gente común tuviera la Biblia para leerla en su propio idioma. Tras estudiar hebreo, griego y alemán, se puso a trabajar en la traducción de la Biblia al inglés. En uno de sus viajes para ingresar Biblias de contrabando en Inglaterra a través de un barco mercante, Tyndale fue traicionado por un supuesto amigo y fue arrojado a la cárcel, donde soportó el trato más inhumano.

Cuando la Iglesia Católica finalmente lo juzgó quinientos días después, fue una farsa ridícula. Juzgado y condenado por herejía, fue sentenciado a ser ejecutado en el patio de la prisión. ¿Puedes creerlo? ¡La Iglesia, a la que Jesús ordenó difundir el evangelio, iba a ejecutar a un hombre que estaba haciendo copias de la Palabra de Dios! Lamentablemente, el Rey Enrique VIII, también cristiano, no hizo nada para detener la ejecución.

Las últimas palabras de Tyndale fueron: “Señor, abre los ojos del Rey de Inglaterra”. Y Dios lo hizo. La oración del reformador fue respondida tres años después, cuando el rey Enrique VIII se separó de la Iglesia Católica y abrazó un doctrina protestante.

William Tyndale, el padre de la reforma inglesa, el apóstol de Inglaterra y un brillante erudito, fue utilizado por Dios para cambiar profundamente la historia. Con valentía, abrió el camino a los reformadores que le siguieron. Thomas Cromwell continuaría la obra de Tyndale poco después de la muerte del mártir. Y otros, como Juan y Carlos Wesley en los años 1700, llegaron a ser aun más influyentes en llevar el evangelio al pueblo de Inglaterra.

Dios siempre ha tenido a sus campeones para arrojar la luz del evangelio en el camino hacia el cielo. Una y otra vez, cuando el camino parecía más oscuro que nunca, la luz de la verdad surgió para traer un nuevo amanecer. No tengas miedo de defender a Dios. Puedes hacer grandes cosas por él.

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