¿Cuál fue la tercera plaga de Egipto?
“El Señor le dijo a Moisés: ‘Dile a Aarón que extienda su bastón y que golpee con él el polvo de la tierra, para que se convierta en mosquitos en todo Egipto’ ” (Éxodo 8:16).
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- Los piojos.
- Las ranas.
- Los mosquitos.
¿Recuerdas cuál fue la tercera plaga que envió Dios a los egipcios para que el faraón dejara salir al pueblo de Israel de Egipto?
¡Los mosquitos! Sin embargo, a los hebreos no les picó ni uno.
Cuando un mosquito o un zancudo te pica, no inyecta veneno como las abejas, lo hace para alimentarse de tu sangre. Los mosquitos traspasan nuestra piel con una especie de trompa fina y larga. Bueno, en realidad, solo son las hembras las que chupan un poco de sangre para reproducirse y poner huevos.
Seguro que te ha picado algún mosquito, de modo que ya sabes que se forma una roncha y que si te rascas te pica cada vez más y durante varios días. ¿Pero por qué pica tanto? Es una reacción de defensa de nuestro cuerpo. Cuando un mosquito traspasa nuestra piel hasta un vaso sanguíneo, chupa la sangre e inyecta su saliva para que no se coagule y pueda seguir chupando.
Pero Dios ha hecho que nuestro cuerpo reconozca como extraña la saliva del mosquito, pues impide que ese agujerito que ha hecho el mosquito en un vaso sanguíneo se cierre. Por eso, nuestro cuerpo produce una sustancia que se llama “histamina” para luchar contra la saliva del mosquito y curar la herida rápidamente. La histamina es la culpable de que nos salga una roncha roja en la piel y nos pique tanto.
¡Es maravilloso cómo Dios ha creado toda clase de defensas para proteger nuestro cuerpo de cualquier cosa extraña que logre penetrar dentro de nosotros! Si Dios nos defiende de la picadura de un insignificante mosquito, ¿cómo no nos defenderá ante cualquier problema o tentación que nos aparte de su salvación?
Haz un dibujo de un mosquito en tu Diario de Oración y dale las gracias a Jesús por protegerte de sus picaduras.
