Jueves 08 de Septiembre de 2022 | Matutina para Mujeres | Un sonido suave y delicado

Jueves 08 de Septiembre de 2022 | Matutina para Mujeres | Un sonido suave y delicado

Un sonido suave y delicado

“Pero después del fuego se oyó un sonido suave y delicado” (1 Rey. 19:12, DHH).

Mi amiga Belinda me había regalado una chalina hermosa con flores turquesas y marrones. Pero el primer día que la usé, me di cuenta de que reflejaba más el estilo de mi hermana que el mío. Sin pensarlo dos veces, la doblé y la puse sobre la cama, para dársela a mi hermana la próxima vez que la viera. En ese mismo instante, Jesús me dijo: “¿Notaste cómo no hay nada que te cueste darle a tu hermana, nada que no harías por ella? ¡Siento lo mismo por ti!” Lágrimas tibias rodaron por mis mejillas; ¿podría ser cierto que Dios me amara tanto?

Satanás se ha encargado de que pensemos que Dios está más interesado en castigarnos que en abrazarnos. Como hemos internalizado esta imagen inclemente y punitiva, muchas confundimos la voz del crítico interior con la voz del Espíritu Santo. En su libro Discerning the Voice of God [Cómo distinguir la voz de Dios], Priscilla Shirer nos da pautas para reconocer la voz de Dios: “Si el mensaje que estás escuchando es condenatorio, o está basado en el miedo y la intimidación, y hace que te sientas indigno y rechazado, entonces no es la voz de Dios, quien te ama. Es la voz del enemigo, que intenta usar tu vulnerabilidad para engañarte”.

La tragedia es que si no aprendemos a reconocer la voz de Dios, aceptaremos la voz del enemigo en su lugar. Tal como Priscilla Shirer enseña: “Aprender a reconocer la diferencia entre la voz condenatoria del enemigo y la voz convincente de Dios es una gran herramienta para determinar la dirección de Dios para tu vida”.

El crítico interior nos grita por dentro; es enjuiciador y cruel. Nos lleva al desánimo, a la depresión y a tomar malas decisiones. La voz del enemigo hace que nos alejemos de Dios, que dudemos si él aún nos ama. La voz del Espíritu es suave y delicada y nos conduce a la esperanza. Aun cuando el Espíritu nos convence de pecado, siempre nos anima al recordarnos que nada puede separarnos del amor de Dios. La voz del Espíritu trae vida.

“Considera la conclusión de lo que estás escuchando”, nos aconseja la autora. “Cuando lo reduces a su esencia, ¿sientes la ternura y el amor de Dios? ¿O, en cambio, escuchas el tono acusatorio del enemigo de tu alma?”

Señor, ayúdame a reconocer los asaltos verbales del crítico interior. Ayúdame a desarmar sus argumentos con la verdad de tu Palabra. Entrena mi oído espiritual para que reconozca los susurros del Espíritu.

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