Lo mejor está por venir
“Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que, de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más” (1 Tesalonicenses 4:1).
En el capítulo 4 de 1 Tesalonicenses, el apóstol Pablo alienta a los cristianos de ese lugar a que sigan adelante en una vida verdaderamente piadosa y santa. También enseña que una vida en santidad y justicia consiste en amar a los demás, trabajar y empeñarse por vivir tranquilamente, como resultado de la confianza en Dios.
Pablo expone cuál es la situación de los muertos en Cristo. Él comienza afirmando que, así como Cristo resucitó, de la misma manera quien muere creyendo en él también resucitará. Y ¿cómo ocurrirá esto? Dios dará la orden, los ángeles tocarán la trompeta, y después acontecerá el espectáculo de la resurrección.
Estas palabras de Pablo deberían producir en nosotros confianza total en Dios, pues él es el Autor y el Don de la vida.
Una mujer había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y con poco tiempo de vida. Así que, empezó a poner sus cosas “en orden”. Contactó a su pastor y le dijo cuáles canciones quería que se cantaran en su servicio funerario y qué lecturas hacer. También solicitó ser enterrada con su libro favorito y algo más: ¡un tenedor en la mano derecha!
Sorprendido, el pastor exigió una respuesta ante tan extraño pedido. Con una sonrisa, la mujer explicó: “Cuando la gente se pregunte qué hago con un tenedor en la mano, quiero que usted les diga: ‘Se quedó con su tenedor porque lo mejor está por venir’ ”.
Cuando Dios creó todas las cosas, lo mejor ya había venido. Por causa del pecado perdimos todo, pero lo mejor está por venir para los pecadores alcanzados por la gracia de Cristo. Vivamos con esa certeza y con esa esperanza. En el regreso de Cristo, los justos vivos serán transformados, los muertos en Cristo serán resucitados y todo será hecho nuevo, y nuevo para siempre.
No lo dudes. Hoy puede ser un gran día, pero lo mejor está por venir.