El superior
“Hecho tanto superior a los ángeles cuanto que heredó más excelente nombre que ellos” (Hebreos 1:4).
En Hebreos, la palabra “superior” o “mejor”, aplicada a Cristo, es utilizada trece veces. Cristo es superior a los profetas y también a los ángeles. El pastor Mario Veloso comenta que Pablo usa siete referencias del Antiguo Testamento agrupadas en tres grupos para mostrar la superioridad de Cristo sobre los ángeles.
1. El Hijo es único. El Hijo es diferente de los ángeles y superior a cada uno de ellos, y a todos juntos.
2. Los ángeles son eficientes, el Hijo es Dios justo. Los ángeles son seres creados por Dios. Él los hace servidores eficientes, seres de presencia trasladable y de acción rápida. Dedicados a tareas específicas por las cuales deben rendir cuentas. El Hijo es Dios, justo y redentor, y se sentó a la diestra del Trono de Dios.
3. El Hijo es Señor, creador y eterno. Los ángeles no son Dios. El Padre se refiere a Cristo como Señor, con poder, propiedad y autoridad sobre todo. Cristo es el Creador del Universo. Es eterno: no tiene principio ni fin porque es Dios. Los ángeles no son Dios; son servidores, no tienen su poder, ni su majestad. Son de una naturaleza inferior a la Deidad, son espíritus ministradores.
La Biblia y la vida nos muestran cómo Dios envió ángeles para proteger a sus hijos. La vida de Elena de White y de los pioneros está llena de historias emocionantes. En cierta ocasión, cuando Elena ya era viuda y estaba trabajando en Australia para llevar adelante la obra de Dios, debía predicar en un campamento. Los quinientos asistentes se alojarían en unas cien carpas.
Entonces, un grupo de jóvenes malvados decidió derribar la carpa de Elena con ella en su interior. Elena estaba tranquila porque sabía que un ángel la protegía. Aun así, la policía colocó a uno de sus hombres como guardia sobre su carpa. Al verlo, los atacantes desistieron. Pero, en realidad, el policía no estaba solo. Él mismo contó que veía a su lado una luz poderosa en forma de ángel. Quedó tan impresionado que se arrodilló allí mismo. A raíz de este hecho, el policía asistió a todas las reuniones, y después a la iglesia. Aceptó a Jesús como su Salvador y fue bautizado.
Qué reconfortante es saber que para vivir hoy tenemos a disposición la ayuda del superior Cristo; así como también de sus ángeles, sus eficientes servidores.