Anderson
“Pero muchos que ahora son los más importantes en ese día serán los menos importantes, y aquellos que ahora parecen menos importantes en ese día serán los más importantes” (Mat. 19:30, NTV).
Jillian Benfield se mudó con su familia a Alamogordo, en Estados Unidos, cuando su marido fue transferido por su trabajo. Tan solo ocho días después de haber llegado a esta pequeña ciudad rural, Jillian descubrió que estaba embarazada de su segundo hijo, Anderson. Durante una consulta de rutina, el doctor le dijo a Jillian que habían observado marcadores ecográficos consistentes con el síndrome de Down. Luego de hacerle más estudios, los doctores confirmaron el diagnóstico. “Estaba en shock. En mi cabeza escuchaba una frase que se repetía como un disco rayado: ‘Yo no puedo ser la madre de un niño especial’ ”, me dijo Jillian hace unos meses, durante una entrevista para la Radio Adventista de Londres. Cuando Jillian le preguntó al médico cómo esto afectaría la vida de su hijo, él respondió: “En el peor de los casos, nunca podrá alimentarse solo; y en el mejor de los casos, un día se dedicará a limpiar los pisos de un restaurante de comida rápida”.
Pese a todo, Jillian y su marido, Andy, decidieron tener a Anderson, ¡y no se arrepienten! Con la ayuda de otros padres y por medio de su experiencia, Jillian y Andy cambiaron completamente su mentalidad con respecto a la discapacidad. Uno de esos cambios se refleja en la manera en que Jillian habla de su experiencia.
Ella solía usar frases como: “Ser la mamá de un niño especial es bello, pero agotador.” Ahora, para reflejar la belleza y la complejidad que implica ser la madre de Anderson, Jillian decidió erradicar la palabra “pero” de su vocabulario, y reemplazarla por la “y”. “Ser la madre de un niño con discapacidad es la cosa más difícil que he hecho y no lo cambiaría por nada. Ser la madre de un niño con discapacidad es agotador y vale la pena el esfuerzo”, escribe en 5 Spiritual Comfort for Special Needs Parents [Cinco consejos para el consuelo espiritual de padres con hijos con necesidades especiales]. Gracias a su experiencia, Jillian aboga por diagnósticos imparciales para los padres de niños con síndrome de Down. (Por más información, visita https:// www.dsdiagnosisnetwork.org/).
“Anderson me ha abierto los ojos no solo respecto a la discapacidad, sino también a la importancia de ser más comprensiva, de tener más empatía, y de no apresurarme a sacar conclusiones”, expresó Jillian al finalizar nuestra conversación. “Siento que él me ha dado un nuevo par de anteojos para ver el mundo. Él me enseñó a amar mejor”.
Señor, ayúdame a ver a las personas que me rodean como tú las ves, recordando que los más pequeños aquí serán los más grandes en tu Reino.
Señor ayudame ver a las personas que nos rodean y ayudar en lo que podemos ayúdanos a hacer la obra ayudando a los que más nos necesitan.🙏🙏🙏🌷❤️