Reyes y reinas
“Y en su manto y en su muslo tiene un nombre escrito: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Apocalipsis 19:16).
Hoy, 21 de abril, nació hace ya muchos años la reina Elizabeth II de Inglaterra. ¡Es la reina cuyo reinado ha durado más en la historia! Hace poco, fueron 65 años. La reina es, sin duda, una persona muy interesante, pues vivió durante la Segunda Guerra Mundial, se casó, tuvo hijos, vio miembros de su familia nacer y también morir. Dio discursos, presidió cenas importantes, y ¡hasta fue mecánica en el ejército de su país! Hizo safari en África, crio perros y anduvo a caballo. Tomó decisiones que la hicieron ser amada y también odiada por sus súbditos.
Si quisieras conocerla, tendrías que pasar por una larga espera a ver si eres elegido, y luego, tendrías que recordar bastantes reglas. Por ejemplo, no podrías hablarle hasta que ella lo haga. Tampoco podrías tocarla. Tendrías que practicar cómo inclinarte para hacerle una reverencia, mostrando tu respeto por ella. No podrías darle la espalda. Tendrías que llamarla Su Majestad. Cuántas reglas, ¿verdad? Hoy en día mucha gente discute si, realmente, los reyes deberían continuar siendo tan respetados y especiales, ya que, después de todo, son personas como tú y yo.
Pero nosotros tenemos un Rey, ¡el Rey de reyes! Y tenemos la posibilidad de cada semana ir a encontrarnos con él a su casa. ¡Qué privilegio! ¡Y qué responsabilidad! ¿Has pensado alguna vez cómo te vistes para ir a ver a un rey? Seguramente tratarías de llevar tu mejor ropa, limpia y planchada.
Si fueras al Palacio de Buckingham en Inglaterra a sentarte con la Reina Elizabeth II, ¿llevarías un paquete de galletas y lo comenzarías a comer allí mismo? ¡Claro que no! Pero no es raro ver a niños con algo para comer en el culto. La próxima vez, si estás muy hambriento, recuerda comer algo entre la Escuela Sabática y el sermón. Dios es aún más importante que cualquier rey o reina, ¿verdad?
Probablemente tampoco andarías corriendo o riéndote con algún amigo en la casa de la reina. Demostrarías respeto. ¡Cuánto más es el respeto que merece el Rey del universo! El Señor es nuestro Amigo, nuestro Hermano y Salvador, pero también es el Soberano del universo. Te invito a demostrar tu mayor respeto cuando te encuentres con él en su casa.
Cinthya