Jueves 23 de Junio de 2022 | Matutina para Mujeres | Rendirse es dulce

Jueves 23 de Junio de 2022 | Matutina para Mujeres | Rendirse es dulce

Rendirse es dulce

“Pues nuestras dificultades actuales son pequeñas y no durarán mucho tiempo. Sin embargo, ¡nos producen una gloria que durará para siempre y que es de mucho más peso que las dificultades!” (2 Cor. 4:17, NTV).

En el verano de 2017, Colleen Chao encontró un bulto en su pecho. Irónicamente, ese verano ella había comenzado a sentirse bien después de mucho tiempo. Podía dormir bien, tenía energía (pese a una enfermedad crónica), y la salud de su hijo había mejorado notablemente. Por primera vez en un largo tiempo, su marido y ella se miraron y, con un suspiro de alivio, se dijeron: “¡Ya no estamos en crisis!” Pero entonces apareció el bulto y con él una serie de chequeos clínicos. Algunos días, Colleen sentía una paz sobrenatural que la envolvía; otros, ansiedad y miedo. “Señor, no me hagas caminar por este sendero”, oraba ella en los días nublados por la incertidumbre.

Finalmente, el teléfono sonó y el temido diagnóstico fue confirmado. Pese a todo, Colleen no perdió su fe. “Durante las catorce semanas que tuve que esperar para recibir mi diagnóstico, Dios preparó mi corazón. Me dijo que, sin importar lo que sucediera, él lo transformaría en un regalo”, me dijo en una entrevista telefónica. “Estoy muy agradecida. A través de los años y de diferentes sufrimientos, Dios desprendió mis dedos entumecidos de los tesoros de este mundo. Esta experiencia me liberó, incluso del peso de lo que otros piensan de mí. Enfrentada a mi mortalidad, adquirí perspectiva y una increíble facilidad (que no tenía antes) para hablar de Cristo. También recibí un gozo inexplicable en medio de todo esto”.

Colleen cree que Dios no desperdicia nuestro dolor, sino que lo transforma en una avenida para bendecirnos. “La quimioterapia fue dura. Sin embargo, hay algo asombroso que sucede en esos momentos oscuros, cuando simplemente dices: ‘¡Ayúdame!’ Entonces sientes su presencia, que es tan tierna y real. Rendirse es difícil, pero también es muy dulce”. Al concluir nuestra conversación, Colleen compartió conmigo un último pensamiento: “Dios está con nosotros. En el horno de fuego. En el cáncer. En tus problemas más oscuros… Él es un Dios bueno, que da regalos con un peso de gloria”.

Señor, te agradezco porque tú puedes bendecirme a través de cualquier circunstancia. Tú tomas los problemas que el enemigo quería usar para destruirme, y los usas para mi bien. Contigo a mi lado ¿quién podrá hacerme frente?

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