«Para mostrar su gloria»
«Los llamarán “robles victoriosos”, plantados por el Señor para mostrar su gloria». Isaías 61: 3
Durante muchos años se había desempeñado como lugarteniente de uno de los patrones que manejaba la explotación de esmeraldas en Colombia. Un lugarteniente se ocupa de proteger los intereses de sus patrones a sangre y fuego. Pone orden en los socavones y debe obedecer a sus jefes sin dilación. Él creció en ese mundo, se hizo hombre en aquellos socavones. Muchas vidas habían encontrado su fin en sus manos. Su familia vivía lejos de los peligros de la zona. Pidió un permiso para alejarse de aquel infierno y visitar a su esposa e hijos.
Al llegar a casa quedó asombrado por la limpieza y el orden de su hogar. La educación de sus hijos, la hermosura y pulcritud de su esposa. Muchas veces, en las noches frías y oscuras de las minas le asaltaba el pensamiento de que él no encajaba en su hogar. La pureza y la pulcritud de su familia contrastaba con su rudeza. Aquel sentimiento se había incrementado desde que ellos se unieron a la Iglesia Adventista. Pensó en retirarse de aquel mundo peligroso, pero no encontraba la manera de hacerlo. Su esposa lo invitó a la iglesia el sábado. Cuán grande sería su sorpresa al ver al hombre que estaba en la plataforma predicando. Lo siguió toda la mañana, lo escuchó atentamente y al finalizar lo abordó y le preguntó:
—¿Eres tú?
—Sí, soy yo, pero ahora soy cristiano y sirvo a Jesús.
Cuando regresaron a la casa el caballero dijo a su familia:
—Ese hombre que predicó en la iglesia trabajó muchos años en las minas conmigo, era fuerte y temido en toda la zona, lo conozco bien. Si Dios lo perdonó y cambió, me puede perdonar y cambiar a mí también. A partir de hoy me retiro de este trabajo y me quedo en casa, ayúdenme a ser como ustedes y como él.
Apreciado joven, la mayor demostración del poder de Dios es una vida transformada. Cada vez que compartes tu experiencia, tu testimonio, Dios le habla a otras personas. Hoy te invito a compartir tu experiencia personal con Cristo. @Dios te invita: «No tienes que predicar desde un púlpito para darme a conocer al mundo. Solo comparte tu experiencia y déjame a mí el resto».